RESUMEN
Parashá Devarim. ( Deuteronomio 1:1–3:22)
Haftará: Isaias (Yeshayahu) 1:1-27
El nombre de la Parashá Devarim significa las palabras. El primero de Shevat treinta y siete días antes de su muerte, Moisés comienza su repetición de la Torá a los hijos de Israel reunidos, repasando los acontecimientos que ocurrieron y las leyes que fueron dadas en el curso de su viaje de cuarenta años desde Egipto al Sinaí a la Tierra Prometida, reprendiendo al pueblo por sus fallas e iniquidades, y ordenándoles guardar la Torá y observar sus mandamientos en la tierra que Dios les está dando como herencia eterna, a la que cruzarán después de su muerte.
Moisés recuerda el nombramiento de jueces y magistrados para aliviar su carga de impartir justicia al pueblo y enseñarle la palabra de Dios; el viaje desde el Sinaí a través del vasto y temible desierto; el envío de los espías y el consiguiente rechazo del pueblo a la Tierra Prometida, de modo que Dios decretó enfurecido que toda la generación del Éxodo perecería en el desierto, incluyéndolo a él.
Moisés también relata algunos acontecimientos más recientes: la negativa de las naciones de Moab y Amón a permitir el paso de los israelitas a través de sus países; las guerras contra los reyes emoritas Sichón y Og , y el asentamiento de sus tierras por las tribus de Rubén y Gad y parte de la tribu de Manasés; y el mensaje de Moisés a su sucesor, Josué, quien llevará al pueblo a la Tierra y lo guiará en las batallas por su conquista y matiza: "No les temáis, porque el Señor vuestro Dios peleará por vosotros".
1- Estas son las palabras que Moisés habló a todo Israel al oriente del río Jordán , acerca de los pecados que cometieron en el desierto, en la llanura frente al Mar de Juncos, en el desierto de Parán, por haber difamado el maná blanco, acerca de los pecados que cometieron en Jazerot, y con su abundancia de oro.
2- “Hay un viaje de once días desde el monte Horeb por el camino del monte Seir hasta Cades-barneía.”
3- El primer día del undécimo mes del año cuarenta, Moisés habló a los israelitas acerca de todo lo que Dios le había ordenado acerca de ellos,
4- después que derrotó a Sichón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, y a Og, rey de Basán, que habitaba en Astarot- karnaim y en Edrei.
5- En el lado oriental del río Jordán, en Moab, Moisés comenzó a explicar esta enseñanza, diciendo:
6-Dios, nuestro Dios, nos habló en el monte Horeb, diciendo: «¡Demasiado tiempo habéis permanecido en este monte!
7- Vuelve y emprende el viaje. Llega al monte de los amorreos y a todos sus alrededores: la llanura, la montaña, la llanura, el sur y la costa; la tierra de los cananeos y el Líbano, hasta el gran río: el Éufrates.
8- Mira, he puesto la tierra delante de ti. Ven y toma posesión de la tierra que Dios juró a tus antepasados —Abraham, Isaac y Jacob— darles a ellos y a sus descendientes.
9- En aquel tiempo os hablé y os dije: «No puedo soportaros solo;
10- Dios, tu Dios, te ha engrandecido. Mira, hoy eres tan numeroso como las estrellas del cielo.
11- Que Dios, el Dios de tus antepasados, te añada mil veces más de lo que ya eres. Que te bendiga como habló de ti.
12- ¿Cómo puedo yo solo soportar vuestras dificultades, vuestras cargas y vuestros conflictos?
13- Prepárense para el nombramiento de hombres sabios , entendidos y conocidos entre sus tribus. Yo los nombraré como sus jefes.
14- Me respondiste y dijiste: "El plan que has dicho nos conviene hacer".
15- Convencí a hombres sabios y notables para que fueran jefes de sus tribus. Los nombré dignatarios sobre ustedes, jefes de millares, jefes de centenas, jefes de cincuenta y jefes de diez, y alguaciles sobre sus tribus.
16- En aquel tiempo ordené a vuestros jueces, diciendo: «Oíd las disputas entre vuestros hermanos. Juzgad con justicia entre cada uno y su prójimo, incluso en los casos entre quienes acumulan acusaciones ».
17- No favorezcas a nadie en el juicio. Debes escuchar una disputa que involucre poco dinero con la misma facilidad que una disputa que involucre mucho . No temas a nadie, porque el juicio es de Dios. Trae a mí cualquier caso que te resulte demasiado difícil y yo lo escucharé.
18- En aquella ocasión os ordené que hicierais todo lo que debíais hacer para distinguir entre los casos civiles y los casos capitales .
19- Partimos de Horeb, y recorrimos todo aquel desierto grande y espantoso que has visto, hacia el monte del amorreo, como nos lo había mandado Dios nuestro Dios, y llegamos hasta Cades-barnea.
20- Yo os dije: Habéis llegado al monte de los amorreos, el cual nos da Dios, nuestro Dios.
21- Mira, Dios, tu Dios, ha puesto la tierra delante de ti. Sube y toma posesión de ella, como el Dios de tus padres te ha dicho. No temas ni te aterres.
22- Todos ustedes se acercaron a mí y dijeron: «Enviemos hombres delante de nosotros para que nos exploren la tierra; nos digan qué idioma hablan sus habitantes ; la ruta por la que subiremos; y a qué ciudades debemos acercarnos».
23- El plan me agradó. Tomé doce hombres de entre ustedes, uno por cada tribu.
24- Se volvieron y subieron al monte. Llegaron al valle de Escol y reconocieron la tierra .
25- Tomaron en sus manos parte del fruto de la tierra y nos lo trajeron. Nos revelaron el idioma que hablaban sus habitantes, y dijeron: «La tierra que Dios, nuestro Dios, nos da es buena».
26- Pero ustedes no quisieron subir, y desobedecieron a Dios su Dios.
27- Vosotros injuriasteis a Dios en vuestras tiendas, Y dijisteis: Por el odio que nos tiene Dios, nos sacó de Egipto, Para entregarnos en manos de los amorreos para aniquilarnos.
28- ¡ ¿Adónde creemos que vamos?! Nuestros hermanos nos han desanimado, diciendo: «Vimos allí un pueblo más grande y alto que nosotros, grandes ciudades fortificadas suspendidas en el cielo, y a los descendientes de los gigantes».
29- Os dije: No os desaniméis ni tengáis miedo de ellos.
30- Dios, vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, él peleará por vosotros, como lo hizo por vosotros en Egipto, ante vuestros propios ojos,
31- y en el desierto, donde viste cómo Dios, tu Dios, te traía, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar.
32- Pero en esto no creéis a Dios, vuestro Dios,
33- él va delante de vosotros por el camino, de noche en una columna de fuego, y de día en una columna de nube, para reconoceros el lugar donde acampar y para mostraros el camino por donde debéis ir.
34- Dios oyó el sonido de tus palabras y se enojó. Juró, diciendo:
35- Ninguno de estos hombres de esta mala generación verá la buena tierra que juré dar a vuestros padres.
36- excepto Caleb, hijo de Yefuné. Él la verá, y le daré a él y a sus hijos la tierra que pisó, por su fidelidad a Dios.
37- Dios también se enojó conmigo a causa de mi respuesta a ti, diciéndome : “Tampoco irás allá.
38- Josué, hijo de Nun, quien está delante de ti, irá allí en tu lugar. Fortalécelo, pues él hará que Israel la herede.
39- Vuestros pequeños, de quienes dijisteis que serían presa, y vuestros hijos mayores , que en aquel día no sabían distinguir entre el bien y el mal, irán allá; a ellos se la daré , no a vosotros ; y ellos la poseerán.
40-Pero vosotros volved atrás y partid al desierto, hacia el Mar de Juncos.
41- Entonces me respondieron y me dijeron: «Hemos pecado contra Dios. Subiremos a luchar conforme a todo lo que Dios, nuestro Dios, nos ha ordenado». Y cada uno se ciñó sus armas y se preparó para subir a la montaña.
42- Pero Dios me dijo: «Diles: “No suban. No luchen, porque no estoy entre ustedes. No se dejen vencer por sus enemigos”.»
43- Así que les hablé, pero no escucharon. Desobedecieron a Dios y subieron a la montaña voluntariamente.
44- Los amorreos, que habitaban en ese monte, salieron hacia ti y te persiguieron como lo hacen las abejas. Te derrotaron en el monte Seír hasta Jormá.
45- Volviste, pues, y lloraste delante de Dios, pero Dios no quiso escuchar tu voz ni te escuchó.
46- Así que permanecieron en Cades - barna por mucho tiempo, el mismo tiempo que habitaron en todos sus campamentos posteriores .
15- Y di Galaad a Maquir.
16- A las tribus de Rubén y de Gad les di el resto de Galaad hasta el arroyo de Arnón, hasta la mitad del arroyo y la tierra fronteriza hasta el arroyo de Yaboc, que es el límite de los hijos de Amón,
17- y la llanura, el río Jordán , la zona fronteriza desde el lago Kineret hasta el mar de la llanura, el Mar de la Sal; y desde el pie de las cascadas que descienden de la cima del monte Nebo hasta el lado oriental del Mar Muerto .
18- En aquel tiempo les ordené: «Dios, su Dios, les ha dado esta tierra para que la tomen en posesión. Todos los guerreros deben cruzar armados delante de sus hermanos, los israelitas».
19- Pero vuestras mujeres, vuestros niños pequeños y vuestros ganados (sé que tenéis mucho ganado) deberán habitar en vuestras ciudades que os he dado.
20- hasta que Dios les dé descanso a sus hermanos, como lo hizo con ustedes, y hasta que ellos también tomen posesión de la tierra que Dios, su Dios, les da al oeste del río Jordán . Solo entonces podrán regresar a su tierra heredada, la cual les he dado.
21- En aquel tiempo ordené a Josué, diciendo: «Has visto con tus propios ojos todo lo que Dios, tu Dios, ha hecho con estos dos reyes. Así hará Dios con todos los reinos por donde pases».
22- No les temáis, porque Dios, vuestro Dios, es quien pelea por vosotros.
אאֵ֣לֶּה הַדְּבָרִ֗ים אֲשֶׁ֨ר דִּבֶּ֤ר משֶׁה֙ אֶל־כָּל־יִשְׂרָאֵ֔ל בְּעֵ֖בֶר הַיַּרְדֵּ֑ן בַּמִּדְבָּ֡ר בָּֽעֲרָבָה֩ מ֨וֹל ס֜וּף בֵּֽין־פָּארָ֧ן וּבֵֽין־תֹּ֛פֶל וְלָבָ֥ן וַֽחֲצֵרֹ֖ת וְדִ֥י זָהָֽב:
באַחַ֨ד עָשָׂ֥ר יוֹם֙ מֵֽחֹרֵ֔ב דֶּ֖רֶךְ הַר־שֵׂעִ֑יר עַ֖ד קָדֵ֥שׁ בַּרְנֵֽעַ:
גוַֽיְהִי֙ בְּאַרְבָּעִ֣ים שָׁנָ֔ה בְּעַשְׁתֵּֽי־עָשָׂ֥ר חֹ֖דֶשׁ בְּאֶחָ֣ד לַחֹ֑דֶשׁ דִּבֶּ֤ר משֶׁה֙ אֶל־בְּנֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל כְּ֠כֹ֠ל אֲשֶׁ֨ר צִוָּ֧ה יְהֹוָ֛ה אֹת֖וֹ אֲלֵהֶֽם:
דאַֽחֲרֵ֣י הַכֹּת֗וֹ אֵ֚ת סִיחֹן֙ מֶ֣לֶךְ הָֽאֱמֹרִ֔י אֲשֶׁ֥ר יוֹשֵׁ֖ב בְּחֶשְׁבּ֑וֹן וְאֵ֗ת ע֚וֹג מֶ֣לֶךְ הַבָּשָׁ֔ן אֲשֶׁר־יוֹשֵׁ֥ב בְּעַשְׁתָּרֹ֖ת בְּאֶדְרֶֽעִי:
הבְּעֵ֥בֶר הַיַּרְדֵּ֖ן בְּאֶ֣רֶץ מוֹאָ֑ב הוֹאִ֣יל משֶׁ֔ה בֵּאֵ֛ר אֶת־הַתּוֹרָ֥ה הַזֹּ֖את לֵאמֹֽר:
ויְהֹוָ֧ה אֱלֹהֵ֛ינוּ דִּבֶּ֥ר אֵלֵ֖ינוּ בְּחֹרֵ֣ב לֵאמֹ֑ר רַב־לָכֶ֥ם שֶׁ֖בֶת בָּהָ֥ר הַזֶּֽה:
זפְּנ֣וּ | וּסְע֣וּ לָכֶ֗ם וּבֹ֨אוּ הַ֥ר הָֽאֱמֹרִי֘ וְאֶל־כָּל־שְׁכֵנָיו֒ בָּֽעֲרָבָ֥ה בָהָ֛ר וּבַשְּׁפֵלָ֥ה וּבַנֶּ֖גֶב וּבְח֣וֹף הַיָּ֑ם אֶ֤רֶץ הַכְּנַֽעֲנִי֙ וְהַלְּבָנ֔וֹן עַד־הַנָּהָ֥ר הַגָּדֹ֖ל נְהַר־פְּרָֽת:
חרְאֵ֛ה נָתַ֥תִּי לִפְנֵיכֶ֖ם אֶת־הָאָ֑רֶץ בֹּ֚אוּ וּרְשׁ֣וּ אֶת־הָאָ֔רֶץ אֲשֶׁ֣ר נִשְׁבַּ֣ע יְ֠הֹוָ֠ה לַֽאֲבֹ֨תֵיכֶ֜ם לְאַבְרָהָ֨ם לְיִצְחָ֤ק וּלְיַֽעֲקֹב֙ לָתֵ֣ת לָהֶ֔ם וּלְזַרְעָ֖ם אַחֲרֵיהֶֽם:
טוָֽאֹמַ֣ר אֲלֵכֶ֔ם בָּעֵ֥ת הַהִ֖וא לֵאמֹ֑ר לֹֽא־אוּכַ֥ל לְבַדִּ֖י שְׂאֵ֥ת אֶתְכֶֽם:
ייְהֹוָ֥ה אֱלֹֽהֵיכֶ֖ם הִרְבָּ֣ה אֶתְכֶ֑ם וְהִנְּכֶ֣ם הַיּ֔וֹם כְּכֽוֹכְבֵ֥י הַשָּׁמַ֖יִם לָרֹֽב:
יאיְהֹוָ֞ה אֱלֹהֵ֣י אֲבֽוֹתֵכֶ֗ם יֹסֵ֧ף עֲלֵיכֶ֛ם כָּכֶ֖ם אֶ֣לֶף פְּעָמִ֑ים וִֽיבָרֵ֣ךְ אֶתְכֶ֔ם כַּֽאֲשֶׁ֖ר דִּבֶּ֥ר
לָכֶֽם:
באֵיכָ֥ה אֶשָּׂ֖א לְבַדִּ֑י טָרְחֲכֶ֥ם וּמַשַּֽׂאֲכֶ֖ם וְרִֽיבְכֶֽם:
יגהָב֣וּ לָ֠כֶ֠ם אֲנָשִׁ֨ים חֲכָמִ֧ים וּנְבֹנִ֛ים וִֽידֻעִ֖ים לְשִׁבְטֵיכֶ֑ם וַֽאֲשִׂימֵ֖ם בְּרָֽאשֵׁיכֶֽם:
ידוַתַּֽעֲנ֖וּ אֹתִ֑י וַתֹּ֣אמְר֔וּ טוֹב־הַדָּבָ֥ר אֲשֶׁר־דִּבַּ֖רְתָּ לַֽעֲשֽׂוֹת:
טווָֽאֶקַּ֞ח אֶת־רָאשֵׁ֣י שִׁבְטֵיכֶ֗ם אֲנָשִׁ֤ים חֲכָמִים֙ וִֽידֻעִ֔ים וָֽאֶתֵּ֥ן אוֹתָ֛ם רָאשִׁ֖ים עֲלֵיכֶ֑ם שָׂרֵ֨י אֲלָפִ֜ים וְשָׂרֵ֣י מֵא֗וֹת וְשָׂרֵ֤י חֲמִשִּׁים֙ וְשָׂרֵ֣י עֲשָׂרֹ֔ת וְשֹֽׁטְרִ֖ים לְשִׁבְטֵיכֶֽם:
טזוָֽאֲצַוֶּה֙ אֶת־שֹׁ֣פְטֵיכֶ֔ם בָּעֵ֥ת הַהִ֖וא לֵאמֹ֑ר שָׁמֹ֤עַ בֵּֽין־אֲחֵיכֶם֙ וּשְׁפַטְתֶּ֣ם צֶ֔דֶק בֵּֽין־אִ֥ישׁ וּבֵֽין־אָחִ֖יו וּבֵ֥ין גֵּרֽוֹ:
יזלֹֽא־תַכִּ֨ירוּ פָנִ֜ים בַּמִּשְׁפָּ֗ט כַּקָּטֹ֤ן כַּגָּדֹל֙ תִּשְׁמָע֔וּן לֹ֤א תָג֨וּרוּ֙ מִפְּנֵי־אִ֔ישׁ כִּ֥י הַמִּשְׁפָּ֖ט לֵֽאלֹהִ֣ים ה֑וּא וְהַדָּבָר֙ אֲשֶׁ֣ר יִקְשֶׁ֣ה מִכֶּ֔ם תַּקְרִב֥וּן אֵלַ֖י וּשְׁמַעְתִּֽיו:
יחוָֽאֲצַוֶּ֥ה אֶתְכֶ֖ם בָּעֵ֣ת הַהִ֑וא אֵ֥ת כָּל־הַדְּבָרִ֖ים אֲשֶׁ֥ר תַּֽעֲשֽׂוּן:
יטוַנִּסַּ֣ע מֵֽחֹרֵ֗ב וַנֵּ֡לֶךְ אֵ֣ת כָּל־הַמִּדְבָּ֣ר הַגָּדוֹל֩ וְהַנּוֹרָ֨א הַה֜וּא אֲשֶׁ֣ר רְאִיתֶ֗ם דֶּ֚רֶךְ הַ֣ר הָֽאֱמֹרִ֔י כַּֽאֲשֶׁ֥ר צִוָּ֛ה יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֵ֖ינוּ אֹתָ֑נוּ וַנָּבֹ֕א עַ֖ד קָדֵ֥שׁ בַּרְנֵֽעַ:
כוָֽאֹמַ֖ר אֲלֵכֶ֑ם בָּאתֶם֙ עַד־הַ֣ר הָֽאֱמֹרִ֔י אֲשֶׁר־יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֵ֖ינוּ נֹתֵ֥ן לָֽנוּ:
כארְאֵ֠ה נָתַ֨ן יְהֹוָ֧ה אֱלֹהֶ֛יךָ לְפָנֶ֖יךָ אֶת־הָאָ֑רֶץ עֲלֵ֣ה רֵ֗שׁ כַּֽאֲשֶׁר֩ דִּבֶּ֨ר יְהֹוָ֜ה אֱלֹהֵ֤י אֲבֹתֶ֨יךָ֙ לָ֔ךְ אַל־תִּירָ֖א וְאַל־תֵּחָֽת:
כבוַתִּקְרְב֣וּן אֵלַי֘ כֻּלְּכֶם֒ וַתֹּֽאמְר֗וּ נִשְׁלְחָ֤ה אֲנָשִׁים֙ לְפָנֵ֔ינוּ וְיַחְפְּרוּ־לָ֖נוּ אֶת־הָאָ֑רֶץ וְיָשִׁ֤בוּ אֹתָ֨נוּ֙ דָּבָ֔ר אֶת־הַדֶּ֨רֶךְ֙ אֲשֶׁ֣ר נַֽעֲלֶה־בָּ֔הּ וְאֵת֙ הֶֽעָרִ֔ים אֲשֶׁ֥ר נָבֹ֖א אֲלֵיהֶֽן:
כגוַיִּיטַ֥ב בְּעֵינַ֖י הַדָּבָ֑ר וָֽאֶקַּ֤ח מִכֶּם֙ שְׁנֵ֣ים עָשָׂ֣ר אֲנָשִׁ֔ים אִ֥ישׁ אֶחָ֖ד לַשָּֽׁבֶט:
כדוַיִּפְנוּ֙ וַיַּֽעֲל֣וּ הָהָ֔רָה וַיָּבֹ֖אוּ עַד־נַ֣חַל אֶשְׁכֹּ֑ל וַיְרַגְּל֖וּ אֹתָֽהּ:
כהוַיִּקְח֤וּ בְיָדָם֙ מִפְּרִ֣י הָאָ֔רֶץ וַיּוֹרִ֖דוּ אֵלֵ֑ינוּ וַיָּשִׁ֨בוּ אֹתָ֤נוּ דָבָר֙ וַיֹּ֣אמְר֔וּ טוֹבָ֣ה הָאָ֔רֶץ אֲשֶׁר־יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֵ֖ינוּ נֹתֵ֥ן לָֽנוּ:
כווְלֹ֥א אֲבִיתֶ֖ם לַֽעֲלֹ֑ת וַתַּמְר֕וּ אֶת־פִּ֥י יְהֹוָ֖ה אֱלֹֽהֵיכֶֽם:
כזוַתֵּרָֽגְנ֤וּ בְאָֽהֳלֵיכֶם֙ וַתֹּ֣אמְר֔וּ בְּשִׂנְאַ֤ת יְהֹוָה֙ אֹתָ֔נוּ הֽוֹצִיאָ֖נוּ מֵאֶ֣רֶץ מִצְרָ֑יִם לָתֵ֥ת אֹתָ֛נוּ בְּיַ֥ד הָֽאֱמֹרִ֖י לְהַשְׁמִידֵֽנוּ:
כחאָנָ֣ה | אֲנַ֣חְנוּ עֹלִ֗ים אַחֵ֩ינוּ֩ הֵמַ֨סּוּ אֶת־לְבָבֵ֜נוּ לֵאמֹ֗ר עַ֣ם גָּד֤וֹל וָרָם֙ מִמֶּ֔נּוּ עָרִ֛ים גְּדֹלֹ֥ת וּבְצוּרֹ֖ת בַּשָּׁמָ֑יִם וְגַם־בְּנֵ֥י עֲנָקִ֖ים רָאִ֥ינוּ שָֽׁם:
כטוָֽאֹמַ֖ר אֲלֵכֶ֑ם לֹא־תַֽעַרְצ֥וּן וְלֹא־תִֽירְא֖וּן מֵהֶֽם:
ליְהֹוָ֤ה אֱלֹֽהֵיכֶם֙ הַֽהֹלֵ֣ךְ לִפְנֵיכֶ֔ם ה֖וּא יִלָּחֵ֣ם לָכֶ֑ם כְּ֠כֹ֠ל אֲשֶׁ֨ר עָשָׂ֧ה אִתְּכֶ֛ם בְּמִצְרַ֖יִם לְעֵֽינֵיכֶֽם:
לאוּבַמִּדְבָּר֙ אֲשֶׁ֣ר רָאִ֔יתָ אֲשֶׁ֤ר נְשָֽׂאֲךָ֙ יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ כַּֽאֲשֶׁ֥ר יִשָּׂא־אִ֖ישׁ אֶת־בְּנ֑וֹ בְּכָל־הַדֶּ֨רֶךְ֙ אֲשֶׁ֣ר הֲלַכְתֶּ֔ם עַד־בֹּֽאֲכֶ֖ם עַד־הַמָּק֥וֹם הַזֶּֽה:
לבוּבַדָּבָ֖ר הַזֶּ֑ה אֵֽינְכֶם֙ מַֽאֲמִינִ֔ם בַּֽיהֹוָ֖ה אֱלֹֽהֵיכֶֽם:
לגהַֽהֹלֵ֨ךְ לִפְנֵיכֶ֜ם בַּדֶּ֗רֶךְ לָת֥וּר לָכֶ֛ם מָק֖וֹם לַֽחֲנֹֽתְכֶ֑ם בָּאֵ֣שׁ | לַ֗יְלָה לַרְאֹֽתְכֶם֙ בַּדֶּ֨רֶךְ֙ אֲשֶׁ֣ר תֵּֽלְכוּ־בָ֔הּ וּבֶֽעָנָ֖ן יוֹמָֽם:
לדוַיִּשְׁמַ֥ע יְהֹוָ֖ה אֶת־ק֣וֹל דִּבְרֵיכֶ֑ם וַיִּקְצֹ֖ף וַיִּשָּׁבַ֥ע לֵאמֹֽר:
להאִם־יִרְאֶ֥ה אִישׁ֙ בָּֽאֲנָשִׁ֣ים הָאֵ֔לֶּה הַדּ֥וֹר הָרָ֖ע הַזֶּ֑ה אֵ֚ת הָאָ֣רֶץ הַטּוֹבָ֔ה אֲשֶׁ֣ר נִשְׁבַּ֔עְתִּי לָתֵ֖ת לַֽאֲבֹֽתֵיכֶֽם:
לוזֽוּלָתִ֞י כָּלֵ֤ב בֶּן־יְפֻנֶּה֙ ה֣וּא יִרְאֶ֔נָּה וְלֽוֹ־אֶתֵּ֧ן אֶת־הָאָ֛רֶץ אֲשֶׁ֥ר דָּֽרַךְ־בָּ֖הּ וּלְבָנָ֑יו יַ֕עַן אֲשֶׁ֥ר מִלֵּ֖א אַֽחֲרֵ֥י יְהֹוָֽה:
לזגַּם־בִּי֙ הִתְאַנַּ֣ף יְהֹוָ֔ה בִּגְלַלְכֶ֖ם לֵאמֹ֑ר גַּם־אַתָּ֖ה לֹֽא־תָבֹ֥א שָֽׁם:
לחיְהוֹשֻׁ֤עַ בִּן־נוּן֙ הָֽעֹמֵ֣ד לְפָנֶ֔יךָ ה֖וּא יָ֣בֹא שָׁ֑מָּה אֹת֣וֹ חַזֵּ֔ק כִּי־ה֖וּא יַנְחִלֶ֥נָּה אֶת־יִשְׂרָאֵֽל:
לטוְטַפְּכֶם֩ אֲשֶׁ֨ר אֲמַרְתֶּ֜ם לָבַ֣ז יִֽהְיֶ֗ה וּבְנֵיכֶ֠ם אֲשֶׁ֨ר לֹא־יָֽדְע֤וּ הַיּוֹם֙ ט֣וֹב וָרָ֔ע הֵ֖מָּה יָבֹ֣אוּ שָׁ֑מָּה וְלָהֶ֣ם אֶתְּנֶ֔נָּה וְהֵ֖ם יִֽירָשֽׁוּהָ:
מוְאַתֶּ֖ם פְּנ֣וּ לָכֶ֑ם וּסְע֥וּ הַמִּדְבָּ֖רָה דֶּ֥רֶךְ יַם־סֽוּף:
מאוַתַּֽעֲנ֣וּ | וַתֹּֽאמְר֣וּ אֵלַ֗י חָטָ֘אנוּ֘ לַֽיהֹוָה֒ אֲנַ֤חְנוּ נַֽעֲלֶה֙ וְנִלְחַ֔מְנוּ כְּכֹ֥ל אֲשֶׁר־צִוָּ֖נוּ יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֵ֑ינוּ וַתַּחְגְּר֗וּ אִ֚ישׁ אֶת־כְּלֵ֣י מִלְחַמְתּ֔וֹ וַתָּהִ֖ינוּ לַֽעֲלֹ֥ת הָהָֽרָה:
מבוַיֹּ֨אמֶר יְהֹוָ֜ה אֵלַ֗י אֱמֹ֤ר לָהֶם֙ לֹ֤א תַֽעֲלוּ֙ וְלֹֽא־תִלָּ֣חֲמ֔וּ כִּ֥י אֵינֶ֖נִּי בְּקִרְבְּכֶ֑ם וְלֹא֙ תִּנָּ֣גְפ֔וּ לִפְנֵ֖י אֹֽיְבֵיכֶֽם:
מגוָֽאֲדַבֵּ֥ר אֲלֵיכֶ֖ם וְלֹ֣א שְׁמַעְתֶּ֑ם וַתַּמְרוּ֙ אֶת־פִּ֣י יְהֹוָ֔ה וַתָּזִ֖דוּ וַתַּֽעֲל֥וּ הָהָֽרָה:
מדוַיֵּצֵ֨א הָֽאֱמֹרִ֜י הַיּשֵׁ֨ב בָּהָ֤ר הַהוּא֙ לִקְרַאתְכֶ֔ם וַיִּרְדְּפ֣וּ אֶתְכֶ֔ם כַּֽאֲשֶׁ֥ר תַּֽעֲשֶׂ֖ינָה הַדְּבֹרִ֑ים וַיַּכְּת֥וּ אֶתְכֶ֛ם בְּשֵׂעִ֖יר עַד־חָרְמָֽה:
מהוַתָּשֻׁ֥בוּ וַתִּבְכּ֖וּ לִפְנֵ֣י יְהֹוָ֑ה וְלֹֽא־שָׁמַ֤ע יְהֹוָה֙ בְּקֹ֣לְכֶ֔ם וְלֹ֥א הֶֽאֱזִ֖ין אֲלֵיכֶֽם:
מווַתֵּֽשְׁב֥וּ בְקָדֵ֖שׁ יָמִ֣ים רַבִּ֑ים כַּיָּמִ֖ים אֲשֶׁ֥ר יְשַׁבְתֶּֽם:
טווּלְמָכִ֖יר נָתַ֥תִּי אֶת־הַגִּלְעָֽד:
טזוְלָרֽאוּבֵנִ֨י וְלַגָּדִ֜י נָתַ֤תִּי מִן־הַגִּלְעָד֙ וְעַד־נַ֣חַל אַרְנֹ֔ן תּ֥וֹךְ הַנַּ֖חַל וּגְבֻ֑ל וְעַד֙ יַבֹּ֣ק הַנַּ֔חַל גְּב֖וּל בְּנֵ֥י עַמּֽוֹן:
יזוְהָֽעֲרָבָ֖ה וְהַיַּרְדֵּ֣ן וּגְבֻ֑ל מִכִּנֶּ֗רֶת וְעַ֨ד יָ֤ם הָֽעֲרָבָה֙ יָ֣ם הַמֶּ֔לַח תַּ֛חַת אַשְׁדֹּ֥ת הַפִּסְגָּ֖ה מִזְרָֽחָה:
יחוָֽאֲצַ֣ו אֶתְכֶ֔ם בָּעֵ֥ת הַהִ֖וא לֵאמֹ֑ר יְהֹוָ֣ה אֱלֹֽהֵיכֶ֗ם נָתַ֨ן לָכֶ֜ם אֶת־הָאָ֤רֶץ הַזֹּאת֙ לְרִשְׁתָּ֔הּ חֲלוּצִ֣ים תַּֽעַבְר֗וּ לִפְנֵ֛י אֲחֵיכֶ֥ם בְּנֵֽי־יִשְׂרָאֵ֖ל כָּל־בְּנֵי־חָֽיִל:
יטרַק נְשֵׁיכֶ֣ם וְטַפְּכֶם֘ וּמִקְנֵכֶם֒ יָדַ֕עְתִּי כִּֽי־מִקְנֶ֥ה רַ֖ב לָכֶ֑ם יֵֽשְׁבוּ֙ בְּעָ֣רֵיכֶ֔ם אֲשֶׁ֥ר נָתַ֖תִּי לָכֶֽם:
כעַד אֲשֶׁר־יָנִ֨יחַ יְהֹוָ֥ה | לַֽאֲחֵיכֶם֘ כָּכֶם֒ וְיָֽרְשׁ֣וּ גַם־הֵ֔ם אֶת־הָאָ֕רֶץ אֲשֶׁ֨ר יְהֹוָ֧ה אֱלֹֽהֵיכֶ֛ם נֹתֵ֥ן לָהֶ֖ם בְּעֵ֣בֶר הַיַּרְדֵּ֑ן וְשַׁבְתֶּ֗ם אִ֚ישׁ לִֽירֻשָּׁת֔וֹ אֲשֶׁ֥ר נָתַ֖תִּי לָכֶֽם:
כאוְאֶת־יְהוֹשׁ֣וּעַ צִוֵּ֔יתִי בָּעֵ֥ת הַהִ֖וא לֵאמֹ֑ר עֵינֶ֣יךָ הָֽרֹאֹ֗ת אֵת֩ כָּל־אֲשֶׁ֨ר עָשָׂ֜ה יְהֹוָ֤ה אֱלֹֽהֵיכֶם֙ לִשְׁנֵי֙ הַמְּלָכִ֣ים הָאֵ֔לֶּה כֵּֽן־יַֽעֲשֶׂ֤ה יְהֹוָה֙ לְכָל־הַמַּמְלָכ֔וֹת אֲשֶׁ֥ר אַתָּ֖ה עֹבֵ֥ר שָֽׁמָּה:
כבלֹ֖א תִּֽירָא֑וּם כִּ֚י יְהֹוָ֣ה אֱלֹֽהֵיכֶ֔ם ה֖וּא הַנִּלְחָ֥ם לָכֶֽם:
1- Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y de Jerusalén, en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá.
2- Oíd, cielos, y escucha tú, tierra, porque Adonay ha hablado: Hijos crié y enaltecí, y ellos se rebelaron contra mí.
3 El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su amo; Israel no entiende, mi pueblo no entiende.
¡ Ay de la nación pecadora, pueblo cargado de iniquidad, descendencia malvada, hijos corruptos! Abandonaron al Señor; provocaron al Santo de Israel; retrocedieron.
5- ¿Por qué os azotan si seguís rebelándoos? Toda cabeza está afligida por la enfermedad y todo corazón por el malestar.
6- Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay cosa ilesa; herida, magulladura y llaga; no fueron rociadas, ni vendadas, ni ablandadas con aceite.
7- Vuestra tierra está desolada; vuestras ciudades, quemadas por el fuego. Vuestra tierra, en vuestra presencia, la devoran extranjeros; y está desolada como la tierra entregada a extraños.
8- Y la hija de Sión será dejada como choza en viña, como cabaña en merendero, como ciudad sitiada.
9- Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado un remanente, pronto seríamos como Sodoma; nos asemejaríamos a Gomorra.
10- Oíd la palabra de Adonay, príncipes de Sodoma; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.
11- ¿De qué me sirven sus muchos sacrificios? —dice el Señor—. Estoy harto de holocaustos de carneros y de grasa de ganado engordado; y no me falta la sangre de toros, ovejas ni machos cabríos.
12- Cuando venís a presentaros delante de mí, ¿quién os ha pedido esto, que pisoteéis mis atrios?
13- No traeréis más ofrendas vana; es humo de abominación para mí; lunas nuevas y sábados, convocando a convocaciones; no puedo soportar la iniquidad con las congregaciones.
14- Vuestras lunas nuevas y vuestros tiempos señalados los tiene aborrecidos mi alma; me son una carga; cansado estoy de soportarlas.
15- Y cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; y cuando oréis largamente, yo no os oiré; llenas están de sangre vuestras manos.
16- Lavaos, purificaos, quitad la maldad de vuestras obras de delante de mis ojos, dejad de hacer lo malo.
17- Aprended a hacer el bien, buscad la justicia, fortaleced al despojado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.
18- Venid, debatamos —dice el Señor—. Si vuestros pecados resultan ser como el carmesí, se volverán blancos como la nieve; si resultan ser rojos como el carmesí, se volverán como lana.
19- Si queréis y escucháis, comeréis lo mejor de la tierra.
20- Pero si os negáis y os rebeláis, seréis devorados a espada, porque la boca del Señor ha hablado.
21- ¿Cómo se ha convertido en ramera, ciudad fiel y llena de derecho, en la cual antes habitaba la justicia, y ahora hay homicidas?
22- Vuestra plata se ha convertido en escoria, y vuestro vino se ha diluido en agua.
23- Tus príncipes son rebeldes y compañeros de ladrones; todos aman el soborno y corren tras las recompensas; al huérfano no juzgan, ni llega a ellos la contienda de la viuda.
24- Por tanto, dice el Señor, el Señor de los ejércitos, el Poderoso de Israel: Yo me consolaré de mis adversarios, y me vengaré de mis adversarios.
25- Y yo volveré sobre ti mi mano, y limpiaré tus escorias como con lejía, y quitaré todo tu estaño.
26- Y restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como al principio; y después te llamarás Ciudad de Justicia, Ciudad Fiel.
27- Sión será redimida por la justicia, y sus arrepentidos por la justicia.
א חֲזוֹן֙ יְשַׁעְיָ֣הוּ בֶן־אָמ֔וֹץ אֲשֶׁ֣ר חָזָ֔ה עַל־יְהוּדָ֖ה וִירֽוּשָׁלִָ֑ם בִּימֵ֨י עֻזִּיָּ֧הוּ יוֹתָ֛ם אָחָ֥ז יְחִזְקִיָּ֖הוּ מַלְכֵ֥י יְהוּדָֽה:
בשִׁמְע֚וּ שָׁמַ֙יִם֙ וְהַֽאֲזִ֣ינִי אֶ֔רֶץ כִּ֥י יְהֹוָ֖ה דִּבֵּ֑ר בָּנִים֙ גִּדַּ֣לְתִּי וְרוֹמַ֔מְתִּי וְהֵ֖ם פָּ֥שְׁעוּ בִֽי:
גיָדַ֥ע שׁוֹר֙ קֹנֵ֔הוּ וַֽחֲמ֖וֹר אֵב֣וּס בְּעָלָ֑יו יִשְׂרָאֵל֙ לֹ֣א יָדַ֔ע עַמִּ֖י לֹ֥א הִתְבּוֹנָֽן:
דה֣וֹי | גּ֣וֹי חֹטֵ֗א עַם כֶּ֣בֶד עָוֹ֔ן זֶ֣רַע מְרֵעִ֔ים בָּנִ֖ים מַשְׁחִיתִ֑ים עָזְב֣וּ אֶת־יְהֹוָ֗ה נִֽאֲצ֛וּ אֶת־קְד֥וֹשׁ יִשְׂרָאֵ֖ל נָזֹ֥רוּ אָחֽוֹר:
העַ֣ל מֶ֥ה תֻכּ֛וּ ע֖וֹד תּוֹסִ֣יפוּ סָרָ֑ה כָּל־רֹ֣אשׁ לָֽחֳלִ֔י וְכָל־לֵבָ֖ב דַּוָּֽי:
ומִכַּף־רֶ֚גֶל וְעַד־רֹאשׁ֙ אֵין־בּ֣וֹ מְתֹ֔ם פֶּ֥צַע וְחַבּוּרָ֖ה וּמַכָּ֣ה טְרִיָּ֑ה לֹא־זֹ֙רוּ֙ וְלֹ֣א חֻבָּ֔שׁוּ וְלֹ֥א רֻכְּכָ֖ה בַּשָּֽׁמֶן:
זאַרְצְכֶ֣ם שְׁמָמָ֔ה עָֽרֵיכֶ֖ם שְׂרֻפ֣וֹת אֵ֑שׁ אַדְמַתְכֶ֗ם לְנֶגְדְּכֶם֙ זָרִים֙ אֹֽכְלִ֣ים אֹתָ֔הּ וּשְׁמָמָ֖ה כְּמַהְפֵּכַ֥ת זָרִֽים:
חוְנֽוֹתְרָ֥ה בַת־צִיּ֖וֹן כְּסֻכָּ֣ה בְכָ֑רֶם כִּמְלוּנָ֥ה בְמִקְשָׁ֖ה כְּעִ֥יר נְצוּרָֽה:
טלוּלֵי֙ יְהֹוָ֣ה צְבָא֔וֹת הוֹתִ֥יר לָ֛נוּ שָׂרִ֖יד כִּמְעָ֑ט כִּסְדֹ֣ם הָיִ֔ינוּ לַֽעֲמֹרָ֖ה דָּמִֽינוּ:
ישִׁמְע֥וּ דְבַר־יְהֹוָ֖ה קְצִינֵ֣י סְדֹ֑ם הַֽאֲזִ֛ינוּ תּוֹרַ֥ת אֱלֹהֵ֖ינוּ עַ֥ם עֲמֹרָֽה:
יאלָמָּה־לִּ֚י רֹֽב־זִבְחֵיכֶם֙ יֹאמַ֣ר יְהֹוָ֔ה שָׂבַ֛עְתִּי עֹל֥וֹת אֵילִ֖ים וְחֵ֣לֶב מְרִיאִ֑ים וְדַ֨ם פָּרִ֧ים וּכְבָשִׂ֛ים וְעַתּוּדִ֖ים לֹ֥א חָפָֽצְתִּי:
יבכִּ֣י תָבֹ֔אוּ לֵרָא֖וֹת פָּנָ֑י מִי־בִקֵּ֥שׁ זֹ֛את מִיֶּדְכֶ֖ם רְמֹ֥ס חֲצֵרָֽי:
יגלֹ֣א תוֹסִ֗יפוּ הָבִיא֙ מִנְחַת־שָׁ֔וְא קְטֹ֧רֶת תּֽוֹעֵבָ֛ה הִ֖יא לִ֑י חֹ֚דֶשׁ וְשַׁבָּת֙ קְרֹ֣א מִקְרָ֔א לֹֽא־אוּכַ֥ל אָ֖וֶן וַעֲצָרָֽה:
ידחָדְשֵׁיכֶ֚ם וּמֽוֹעֲדֵיכֶם֙ שָֹֽנְאָ֣ה נַפְשִׁ֔י הָי֥וּ עָלַ֖י לָטֹ֑רַח נִלְאֵ֖יתִי נְשֽׂא:
טווּבְפָֽרִשְׂכֶ֣ם כַּפֵּיכֶ֗ם אַעְלִּ֚ים עֵינַי֙ מִכֶּ֔ם גַּ֛ם כִּֽי־תַרְבּ֥וּ תְפִלָּ֖ה אֵינֶ֣נִּי שֹׁמֵ֑עַ יְדֵיכֶ֖ם דָּמִ֥ים מָלֵֽאוּ:
טזרַֽחֲצוּ֙ הִזַּכּ֔וּ הָסִ֛ירוּ רֹ֥עַ מַֽעַלְלֵיכֶ֖ם מִנֶּ֣גֶד עֵינָ֑י חִדְל֖וּ הָרֵֽעַ:
יזלִמְד֥וּ הֵיטֵ֛ב דִּרְשׁ֥וּ מִשְׁפָּ֖ט אַשְּׁר֣וּ חָמ֑וֹץ שִׁפְט֣וּ יָת֔וֹם רִ֖יבוּ אַלְמָנָֽה:
יחלְכוּ־נָ֛א וְנִוָּֽכְחָ֖ה יֹאמַ֣ר יְהֹוָ֑ה אִם־יִֽהְי֨וּ חֲטָֽאֵיכֶ֚ם כַּשָּׁנִים֙ כַּשֶּׁ֣לֶג יַלְבִּ֔ינוּ אִם־יַאְדִּ֥ימוּ כַתּוֹלָ֖ע כַּצֶּ֥מֶר יִֽהְיֽוּ:
יטאִם־תֹּאב֖וּ וּשְׁמַעְתֶּ֑ם ט֥וּב הָאָ֖רֶץ תֹּאכֵֽלוּ:
כוְאִם־תְּמָֽאֲנ֖וּ וּמְרִיתֶ֑ם חֶ֣רֶב תְּאֻכְּל֔וּ כִּ֛י פִּ֥י יְהֹוָ֖ה דִּבֵּֽר:
כאאֵיכָה֙ הָֽיְתָ֣ה לְזוֹנָ֔ה קִרְיָ֖ה נֶֽאֱמָנָ֑ה מְלֵֽאֲתִ֣י מִשְׁפָּ֔ט צֶ֛דֶק יָלִ֥ין בָּ֖הּ וְעַתָּ֥ה מְרַצְּחִֽים:
כבכַּסְפֵּ֖ךְ הָיָ֣ה לְסִיגִ֑ים סָבְאֵ֖ךְ מָה֥וּל בַּמָּֽיִם:
כגשָׂרַ֣יִךְ סֽוֹרְרִ֗ים וְחַבְרֵי֙ גַּנָּבִ֔ים כֻּלּוֹ֙ אֹהֵ֣ב שֹׁ֔חַד וְרֹדֵ֖ף שַׁלְמֹנִ֑ים יָתוֹם֙ לֹ֣א יִשְׁפֹּ֔טוּ וְרִ֥יב אַלְמָנָ֖ה לֹֽא־יָב֥וֹא אֲלֵֽיהֶֽם:
כדלָכֵ֗ן נְאֻ֚ם הָֽאָדוֹן֙ יְהֹוָ֣ה צְבָא֔וֹת אֲבִ֖יר יִשְׂרָאֵ֑ל הוֹי אֶנָּחֵ֣ם מִצָּרַ֔י וְאִנָּֽקְמָ֖ה מֵאֽוֹיְבָֽי:
כהוְאָֽשִׁ֚יבָה יָדִי֙ עָלַ֔יִךְ וְאֶצְרֹ֥ף כַּבֹּ֖ר סִיגָ֑יִךְ וְאָסִ֖ירָה כָּל־בְּדִילָֽיִךְ:
כווְאָשִׁ֚יבָה שֹֽׁפְטַ֙יִךְ֙ כְּבָרִ֣אשֹׁנָ֔ה וְיֹֽעֲצַ֖יִךְ כְּבַתְּחִלָּ֑ה אַֽחֲרֵי־כֵ֗ן יִקָּ֚רֵא לָךְ֙ עִ֣יר הַצֶּ֔דֶק קִרְיָ֖ה נֶֽאֱמָּנָֽה:
כזצִיּ֖וֹן בְּמִשְׁפָּ֣ט תִּפָּדֶ֑ה וְשָׁבֶ֖יהָ בִּצְדָקָֽה: