RESUMEN
Parashá Ki Tavo. ( Deuteronomio 26:1-29:8)
Haftará: Isaías (Yeshayahu) 60:1-22
El nombre de la parashá Ki Tavo, significa cuando vengas. Moisés instruye al pueblo de Israel diciendo "Cuando entren en la tierra que Dios les da como herencia eterna, y se establezcan en ella y la cultiven, lleven los primeros frutos maduros (bikkurim) de su huerto al Templo Sagrado, y declaren su gratitud por todo lo que Dios ha hecho por ustedes".
La parashá también incluye las leyes de los diezmos entregados a los levitas y a los pobres e instrucciones detalladas sobre cómo proclamar las bendiciones y maldiciones en el monte Gerizim y el monte Eival, como se explica al comienzo de la parashá de Reeh . Moisés recuerda al pueblo que son el pueblo elegido de Dios y que, a su vez, ellos lo han elegido.
La última parte de Ki Tavó consiste en la Tojájá “Reprimenda”. Tras enumerar las bendiciones con las que Dios recompensará al pueblo por seguir las leyes de la Torá, Moisés ofrece un relato largo y severo de las desgracias como enfermedades, hambruna, pobreza y exilio que les sobrevendrán si abandonan los mandamientos de Dios .
Moisés concluye diciéndole al pueblo que sólo hoy, cuarenta años después de su nacimiento como pueblo, han alcanzado “un corazón para saber, ojos para ver y oídos para oír”.
1- »Cuando entres en la tierra que Dios, tu Dios, te da como herencia, tomarás posesión de ella y habitarás en ella.
2- De todas las primicias que coseches de la tierra que Dios, tu Dios, te da, tomarás una muestra. Colocarás estas frutas en una canasta e irás al lugar donde Dios, tu Dios, elija poner su nombre.
3- Te presentarás ante el sacerdote que estará en aquellos días y le dirás: "Yo declaro hoy ante Dios, tu Dios, que he entrado en la tierra que Dios juró a nuestros padres que nos daría".
4- El sacerdote tomará de tus manos la canasta y la pondrá delante del altar de Dios, tu Dios.
5- Alzarás la voz y dirás ante Dios, tu Dios: «Un arameo intentó destruir a mi antepasado. Bajó a Egipto y residió allí con su familia, un pequeño pueblo, y allí se convirtió en una nación grande, poderosa y numerosa.»
6- Los egipcios nos trataron con crueldad, nos afligieron y nos impusieron duros trabajos.
7- Entonces clamamos a Dios, el Dios de nuestros padres, y Dios oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión,
8- Y nos sacó Dios de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, con gran manifestación de su presencia , con señales y prodigios,
9- Y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel de dátiles y de higos .
10- Ahora, he aquí, he traído las primicias del fruto de la tierra que tú, Dios, me has dado. Entonces colocarás la canasta delante de Dios, tu Dios, y te postrarás ante Dios, tu Dios.
11- Y te alegrarás por todo el bien que Dios, tu Dios, te ha concedido a ti y a tu casa, a ti, al levita y al prosélito que está entre ti.
16- Hoy, Dios, tu Dios, te ordena que cumplas estas reglas y ordenanzas. Las protegerás estudiando cómo ponerlas en práctica y poniéndolas en práctica con todo tu corazón y con toda tu alma.
17- Hoy has escogido a Dios para que sea tu Dios, para que andes en sus caminos, para que guardes sus preceptos, sus mandamientos y sus ordenanzas, estudiando cómo ponerlos en práctica y para que le obedezcas.
18- Dios os ha apartado hoy para que seáis su pueblo precioso, tal como habló acerca de vosotros, para que guardéis todos sus mandamientos estudiando cómo ponerlos por obra ;
19- para hacerte superior a todas las naciones que él fundó, para que te den alabanza, un nombre excelente y gloria, y para que seas un pueblo santo dedicado exclusivamente a Dios, tu Dios, tal como él habló.
1- Moisés, junto con los ancianos de Israel, dio órdenes al pueblo, diciendo: « Debéis guardar sin cesar todos los mandamientos que yo os ordeno hoy, estudiando cómo ponerlos por obra .
2- El día que cruces el río Jordán hacia la tierra que Dios, tu Dios, te da, levantarás para ti peñascos. Los revocarás con cal.
3- Y escribirás en ellas todas las palabras de esta Torá, cuando pases, para que entres en la tierra que Dios, tu Dios, te da, tierra que mana leche, miel de dátiles y de higos , como te ha dicho Dios, el Dios de tus padres.
4- Después de cruzar el río Jordán , colocarás estas rocas, que te ordeno hoy, en el monte Eival. Las revocarás con cal.
5- Allí construirás un altar a Dios, tu Dios, un altar construido con estas rocas. No usarás ninguna herramienta de hierro sobre ellas para cortarlas a la medida ;
6- Construirás el altar de tu Dios con piedras sólidas. Sobre él ofrecerás ofrendas elevadas a tu Dios.
7- Deberás sacrificar animales como ofrendas de paz, y deberás comer allí tu porción . Deberás alegrarte ante Dios, tu Dios.
8- Y escribirás sobre las rocas todas las palabras de esta Torá, traducidas con mucha claridad.
9- Moisés y los sacerdotes levitas hablaron a todo Israel, diciendo: «¡Presten atención y escuchen, pueblo de Israel! Hoy se han convertido en un pueblo unido a Dios, su Dios.
10- Obedece, pues, a Dios tu Dios, y cumple sus mandamientos y sus estatutos que yo te ordeno hoy.
11- Aquel día Moisés mandó al pueblo, diciendo:
12- »Cuando crucen el río Jordán , las siguientes tribus estarán en el monte Gerizim , y los sacerdotes y los levitas estarán frente a ellas para bendecir al pueblo: Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín.
13- Las siguientes tribus estarán en el monte Eival para que los sacerdotes y los levitas puedan girarse y mirarlos con el fin de pronunciar la maldición: Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí.
14 Los levitas hablarán en voz alta a todo el pueblo de Israel:
15- «¡Maldito sea el hombre que haga cualquier imagen esculpida o fundida, que es abominación para Dios, pues es obra de un artífice, y la erija en secreto!». Todo el pueblo responderá: «¡Amén!».
16- «¡Maldito el que menosprecie a su padre y a su madre!» Y todo el pueblo dirá: «¡Amén!».
17- «¡Maldito el que traspase el lindero de su prójimo!» Y todo el pueblo dirá: «¡Amén!»
18- «¡Maldito sea quien extravíe figurativamente a un ciego en el camino!». Todo el pueblo dirá: «¡Amén!».
19- «¡Maldito sea el que pervierta el juicio del converso, del huérfano o de la viuda!» Todo el pueblo dirá: «¡Amén!».
20- «¡Maldito sea el que fornica con la mujer de su padre, descubriendo así figurativamente la punta del manto de su padre!». Todo el pueblo dirá: «¡Amén!».
21- «¡Maldito sea quien tenga relaciones carnales con cualquier animal!» Y todo el pueblo dirá: «¡Amén!».
22- «¡Maldito el que fornica con su hermana, sea hija de su padre o de su madre!» Y todo el pueblo dirá: «¡Amén!».
23- «¡Maldito el que fornica con su suegra!» Y todo el pueblo dirá: «¡Amén!».
24- «¡Maldito sea el que hiera a su prójimo a escondidas!». Todo el pueblo dirá: «¡Amén!».
25- «¡Maldito el que acepte soborno para dar muerte a un inocente!» Y todo el pueblo dirá: «¡Amén!».
26- «¡Maldito sea quien no cumpla todas las palabras de esta Torá!» Y todo el pueblo dirá: «¡Amén!».
1- Si obedeces a Dios tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy que cumplas, también Dios tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.
2- Todas las siguientes bendiciones te perseguirán y te alcanzarán si obedeces a Dios, tu Dios:
3- Serás bendito tanto en la ciudad como en el campo.
4- Benditos serán tus hijos , el fruto de tu vientre, tu cosecha, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, las crías de tus bestias y lo mejor de tus ovejas.
5- Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.
6- Así como eres bienaventurado cuando entras en el mundo, estando libre del pecado, así también serás bienaventurado cuando salgas del mundo .
7- Dios hará que tus enemigos que se levanten contra ti sean derrotados por ti. Te atacarán por una dirección, pero huirán de ti por siete direcciones.
8- Dios te bendecirá con la bendición del éxito en tus graneros y en todos tus esfuerzos. Te bendecirá en la tierra que Dios, tu Dios, te da.
9- Dios te confirmará como su pueblo santo, como te lo juró, si guardas los mandamientos de Dios tu Dios, estudiando cómo ponerlos por obra , y andas en sus caminos.
10- Entonces todos los pueblos de la tierra verán que el nombre de Dios está asociado solo contigo, y te temerán.
11- Dios te hará superior a ellos en cuanto a los hijos , el fruto de tu vientre, en cuanto a tu ganado , el fruto de tus bestias, y en cuanto a tus frutos , el fruto de tu tierra, en la tierra que juró a tus padres que te daría.
12- Dios abrirá su buen tesoro —el cielo— para que tu tierra reciba la lluvia a su debido tiempo y así bendecirá todo lo que hagas. Prestarás a muchas naciones, pero no necesitarás pedir prestado.
13- Dios os pondrá a la cabeza del mundo , como líderes , y no a la cola , como subordinados ; y estaréis solamente en la cima en todos los sentidos , y no en la base, si obedecéis los mandamientos de Dios, vuestro Dios, respecto de los cuales os mando hoy que los cuidéis estudiando cómo ejecutarlos , y poniéndolos por obra .
14- No os desviaréis ni a la derecha ni a la izquierda de todos los asuntos que yo os mando hoy, para ir en pos de las deidades de otros pueblos y adorarles.
15- Por el contrario , si no obedeces a Dios, tu Dios, y descuidas el guardar sus mandamientos estudiando las instrucciones de la Torá sobre cómo cumplir adecuadamente todos sus mandamientos y sus ordenanzas que yo te ordeno que cumplas hoy, todas las siguientes maldiciones te perseguirán y te alcanzarán:
16- Maldito serás tanto en la ciudad como en el campo.
17- Malditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.
18- Malditos serán tus hijos , el fruto de tu vientre, tu cosecha , el fruto de tu tierra, la cría de tus bestias y lo mejor de tus ovejas.
19- Maldito serás cuando entres en tu casa , y maldito serás cuando salgas de ella .
20- Dios enviará escasez, caos y auto-reprobación contra ti en todos tus esfuerzos que emprendas, hasta que seas destruido y desaparezcas rápidamente, a causa del mal que hiciste al abandonarme.
21- Dios os enviará una plaga que se extenderá como una epidemia y que persistirá hasta exterminaros de la tierra a la cual entráis para tomar posesión de ella.
22- Dios te herirá con tisis, con ampollas , con fiebre alta y con sed insaciable, con espada de ejércitos invasores , con viento solano destructor y con sequía; y todos ellos te perseguirán hasta que perezcas .
23- Tus cielos sobre ti serán como el cobre, y la tierra debajo de ti será como el hierro.
24 Dios convertirá la lluvia de tu tierra en polvo y lodo. Lloverá sobre ti desde el cielo hasta que quedes destruido por falta de alimento .
25 Dios hará que tu enemigo te derrote: los atacarás por una dirección, pero huirás de ellos por siete direcciones. Tú , como ejemplo , te convertirás en una fuente de terror para todos los reinos de la tierra.
26- Tu cadáver servirá de alimento a todas las aves del cielo y a las bestias de la tierra, y no habrá quien las espante.
27- Dios te herirá con las terribles úlceras de Egipto, con hemorroides, con úlceras supurantes y con úlceras secas, de todas las cuales no podrás ser curado.
28- Dios te herirá con locura, ceguera y desconcierto.
29- Andarás a tientas al mediodía como un ciego en la oscuridad, y no tendrás éxito en tus empresas. Serás objeto de constantes disputas y robos en todo lo que hagas , y no habrá quien te rescate .
30- Te desposarás con una mujer, pero otro hombre fornicará con ella. Construirás una casa, pero no vivirás en ella. Plantarás una viña, pero no rescatarás sus frutos del cuarto año .
31- Tu toro de trabajo será degollado ante tus ojos, pero no comerás de él. Te robarán tu asno delante de ti, y no volverá contigo. Tu rebaño será entregado a tus enemigos, y no habrá quien lo rescate por ti.
32 Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo, tal como lo ven tus propios ojos ; los anhelarás todo el día, pero no podrás hacer nada al respecto .
33- Un pueblo desconocido para ti consumirá el fruto de tu tierra y el fruto de todo tu trabajo. Serás objeto de constante oposición y aplastamiento en todo lo que hagas .
34- Te volverás loco por la visión que verás delante de tus ojos.
35- Dios te herirá en las rodillas y en las piernas con una terrible erupción cutánea, de la que no podrás ser curado; te cubrirá desde la planta del pie hasta la coronilla.
36- Dios te llevará a ti y al rey que hayas designado como tu jefe, a una nación desconocida para ti y para tus padres; allí servirás a quienes sirven a dioses ajenos , hechos de madera y de piedra.
37- Llegarás a ser objeto de asombro, arquetipo de extraordinaria desgracia y tema de discusión entre todos los pueblos a cuyas tierras te conducirá Dios.
38- Sacarás mucha semilla para sembrar en el campo, pero recogerás poco fruto , porque la langosta lo acabará.
39- Plantarás viñas y las trabajarás , pero no beberás su vino ni vendimiarás sus uvas , porque los gusanos las devorarán.
40- Tendrás olivos en todos tus términos, pero no te ungirás con su aceite, porque tu olivo dejará caer todo su fruto antes de madurar .
41- Engendrarás hijos e hijas, pero no serán tuyos , porque irán al cautiverio.
42- La langosta destruirá todos tus árboles y el fruto de tu tierra todos tus campos .
43- El extranjero residente que vive entre ustedes ascenderá cada vez más en riqueza y estatura sobre ustedes, mientras que ustedes descenderán cada vez más.
44- Él te prestará, pero tú no le prestarás a él. Él estará a la cabeza, mientras que tú estarás a la cola.
45- Todas estas maldiciones caerán sobre ti, te perseguirán y te alcanzarán hasta destruirte, por cuanto no obedeciste a Dios, tu Dios, y dejaste de guardar sus mandamientos y sus ordenanzas que él te ordenó , estudiando cómo ponerlas en práctica .
46- Y estas maldiciones serán para ti y para tu descendencia una señal y una maravilla para siempre.
47-Por cuanto no serviste a Dios tu Dios con alegría y con alegría de corazón, cuando tenías abundancia de todo,
48- En cambio, servirás a tus enemigos, a quienes Dios enviará contra ti, cuando tengas hambre, sed, desnudez y carezcas de todo. Tu enemigo pondrá un yugo de hierro sobre tu cuello, haciéndote trabajar hasta destruirte.
49- Dios traerá sobre ti una nación lejana, del confín de la tierra, que te conquistará como el buitre leonado se lanza sobre su presa . Será una nación cuyo idioma no entenderás,
50- una nación descarada que no respeta a los ancianos ni muestra favor a los jóvenes.
51- Devorarán tus crías , el fruto de tus animales domésticos, y tus frutos , el fruto de tu tierra, hasta que te destruyan de hambre . Serán una nación que no te dejará grano, vino, aceite, ni las crías de tu ganado, ni lo mejor de tus rebaños, hasta que te aniquilen de hambre .
52- Te sitiarán en todas tus ciudades, hasta que tus murallas altas y fortificadas, en las que confías, sean destruidas por toda tu tierra. Te sitiarán en todas tus ciudades de la tierra que Dios, tu Dios, te ha dado.
53- Comerás a tus hijos , el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Dios, el Dios tuyo, te dio, a causa del asedio y de la opresión del hambre con que te someterán tus enemigos.
54- El hombre más tierno y delicado entre ustedes envidiará a su propio hermano, a la esposa de su abrazo y al resto de sus hijos sobrevivientes,
55- de dar a ninguno de ellos de la carne de sus hijos que él come, porque no le quedará nada, a causa del asedio y de la opresión del hambre a que os someterán vuestros enemigos en todas vuestras ciudades.
56 La mujer más tierna y delicada entre vosotras, que no se atrevería a poner un pie en la tierra por delicadeza y ternura, envidiará al marido su abrazo, a s-u propio hijo adulto y a su propia hija adulta ,
57- los niños recién nacidos que salen de entre sus piernas, y sus propios hijos pequeños que ella dará a luz, pues por la miseria los comerá en secreto, a causa del asedio y la opresión del hambre a que vuestros enemigos os someterán en vuestras ciudades.
58- Si no guardas los mandamientos de Dios estudiando cómo cumplir todas las palabras de esta Torá, que están escritas en este rollo, y aprendiendo así a reverenciar este Nombre glorioso y temible, el de Dios, tu Dios,
59- Dios intensificará las plagas que traerá sobre ti y tu descendencia más allá de todas las plagas , afligiéndote con plagas terribles e inflexibles y enfermedades malignas e inflexibles.
60- Y hará volver sobre ti todas las enfermedades de Egipto, de las cuales temiste cuando estabas en Egipto , y se te pegarán.
61- Además, Dios traerá sobre ti toda enfermedad y plaga que no está escrita en el rollo de esta Torá, para destruirte.
62- Y vosotros seréis pocos en número, en lugar de ser como antes, tan numerosos como las estrellas del cielo, por cuanto no obedecisteis a Dios, vuestro Dios.
63- Así como Dios se regocijó por ustedes al beneficiarlos y multiplicarlos, así también Dios hará que sus enemigos se regocijen por ustedes al proceder a aniquilarlos y destruirlos. Serán arrancados de la tierra a la que entran para poseerla.
64- Dios os esparcirá por todas las naciones, desde un extremo de la tierra hasta el otro; y allí serviréis a los que sirven a las deidades de otros pueblos , que no conocíais vosotros ni vuestros padres, a las deidades de madera y de piedra.
65- No encontrarás respiro entre esas naciones, ni tu pie hallará descanso. Allí, Dios te dará un corazón atemorizado y tembloroso, esperanzas frustradas y un alma abatida.
66- Tu vida penderá en suspenso ante ti. Tendrás miedo día y noche, y no creerás en la fiabilidad de tu propia vida.
67- Dirás por la mañana: «¡Ojalá fuera anoche !», y por la noche dirás: «¡Ojalá fuera esta mañana!», por el temor que experimentarás en tu corazón por el futuro y por las visiones que contemplarás.
68- Dios los traerá de vuelta a Egipto en barcos de esclavos , por el camino que les dije: «Nunca más lo verán». Allí se ofrecerán como esclavos y esclavas a sus otros enemigos; pero no habrá comprador.
69- Estas son las palabras que constituyen el pacto que Dios le ordenó a Moisés hacer con los israelitas en Moab, además del pacto de bendiciones y maldiciones que hizo con ellos en el monte Horeb.
1- Moisés convocó a todo Israel y les dijo: «Ustedes han visto ante sus propios ojos todo lo que Dios hizo en Egipto, a Faraón, a todos sus siervos y a toda su tierra:
2- las grandes pruebas que viste con tus propios ojos, y aquellas grandes señales y maravillas.
3- Hasta hoy, Dios no les ha dado un corazón para saber, ni ojos para ver, ni oídos para oír.
4- cómo os guié por el desierto durante cuarenta años, durante los cuales vuestros vestidos no se gastaron con el uso , ni vuestros zapatos se gastaron con el uso de vuestros pies.
5- No comisteis pan, ni bebisteis vino nuevo ni mosto añejo, para que supierais que yo soy Dios, vuestro Dios.
6- Vinieron a este lugar, y salieron contra nosotros en batalla Sichón, rey de Hesbón, y Og, rey de Basán, pero los derrotamos.
7- Tomamos su tierra y la dimos en herencia a las tribus de Rubén y de Gad, y a la media tribu de Manasés.
8- Debes salvaguardar las palabras que constituyen este pacto estudiándolas diligentemente y cumpliéndolas, para que tengas éxito en todo lo que hagas”.
אוְהָיָה֙ כִּֽי־תָב֣וֹא אֶל־הָאָ֔רֶץ אֲשֶׁר֙ יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ נֹתֵ֥ן לְךָ֖ נַֽחֲלָ֑ה וִֽירִשְׁתָּ֖הּ וְיָשַׁ֥בְתָּ בָּֽהּ:
בוְלָֽקַחְתָּ֞ מֵֽרֵאשִׁ֣ית | כָּל־פְּרִ֣י הָֽאֲדָמָ֗ה אֲשֶׁ֨ר תָּבִ֧יא מֵֽאַרְצְךָ֛ אֲשֶׁ֨ר יְהֹוָ֧ה אֱלֹהֶ֛יךָ נֹתֵ֥ן לָ֖ךְ וְשַׂמְתָּ֣ בַטֶּ֑נֶא וְהָֽלַכְתָּ֙ אֶל־הַמָּק֔וֹם אֲשֶׁ֤ר יִבְחַר֙ יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ לְשַׁכֵּ֥ן שְׁמ֖וֹ שָֽׁם:
גוּבָאתָ֙ אֶל־הַכֹּהֵ֔ן אֲשֶׁ֥ר יִֽהְיֶ֖ה בַּיָּמִ֣ים הָהֵ֑ם וְאָֽמַרְתָּ֣ אֵלָ֗יו הִגַּ֤דְתִּי הַיּוֹם֙ לַֽיהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ כִּי־בָ֨אתִי֙ אֶל־הָאָ֔רֶץ אֲשֶׁ֨ר נִשְׁבַּ֧ע יְהֹוָ֛ה לַֽאֲבֹתֵ֖ינוּ לָ֥תֶת לָֽנוּ:
דוְלָקַ֧ח הַכֹּהֵ֛ן הַטֶּ֖נֶא מִיָּדֶ֑ךָ וְהִ֨נִּיח֔וֹ לִפְנֵ֕י מִזְבַּ֖ח יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶֽיךָ:
הוְעָנִ֨יתָ וְאָֽמַרְתָּ֜ לִפְנֵ֣י | יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֗יךָ אֲרַמִּי֙ אֹבֵ֣ד אָבִ֔י וַיֵּ֣רֶד מִצְרַ֔יְמָה וַיָּ֥גָר שָׁ֖ם בִּמְתֵ֣י מְעָ֑ט וַֽיְהִי־שָׁ֕ם לְג֥וֹי גָּד֖וֹל עָצ֥וּם וָרָֽב:
ווַיָּרֵ֧עוּ אֹתָ֛נוּ הַמִּצְרִ֖ים וַיְעַנּ֑וּנוּ וַיִּתְּנ֥וּ עָלֵ֖ינוּ עֲבֹדָ֥ה קָשָֽׁה:
זוַנִּצְעַ֕ק אֶל־יְהֹוָ֖ה אֱלֹהֵ֣י אֲבֹתֵ֑ינוּ וַיִּשְׁמַ֤ע יְהֹוָה֙ אֶת־קֹלֵ֔נוּ וַיַּ֧רְא אֶת־עָנְיֵ֛נוּ וְאֶת־עֲמָלֵ֖נוּ וְאֶת־לַֽחֲצֵֽנוּ:
חוַיּֽוֹצִאֵ֤נוּ יְהֹוָה֙ מִמִּצְרַ֔יִם בְּיָ֤ד חֲזָקָה֙ וּבִזְרֹ֣עַ נְטוּיָ֔ה וּבְמֹרָ֖א גָּדֹ֑ל וּבְאֹת֖וֹת וּבְמֹֽפְתִֽים:
טוַיְבִאֵ֖נוּ אֶל־הַמָּק֣וֹם הַזֶּ֑ה וַיִּתֶּן־לָ֨נוּ֙ אֶת־הָאָ֣רֶץ הַזֹּ֔את אֶ֛רֶץ זָבַ֥ת חָלָ֖ב וּדְבָֽשׁ:
יוְעַתָּ֗ה הִנֵּ֤ה הֵבֵ֨אתִי֙ אֶת־רֵאשִׁית֙ פְּרִ֣י הָֽאֲדָמָ֔ה אֲשֶׁר־נָתַ֥תָּה לִּ֖י יְהֹוָ֑ה וְהִנַּחְתּ֗וֹ לִפְנֵי֙ יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ וְהִשְׁתַּֽחֲוִ֔יתָ לִפְנֵ֖י יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶֽיךָ:
יאוְשָֽׂמַחְתָּ֣ בְכָל־הַטּ֗וֹב אֲשֶׁ֧ר נָֽתַן־לְךָ֛ יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ וּלְבֵיתֶ֑ךָ אַתָּה֙ וְהַלֵּוִ֔י וְהַגֵּ֖ר אֲשֶׁ֥ר בְּקִרְבֶּֽךָ:
טזהַיּ֣וֹם הַזֶּ֗ה יְהֹוָ֨ה אֱלֹהֶ֜יךָ מְצַוְּךָ֧ לַֽעֲשׂ֛וֹת אֶת־הַֽחֻקִּ֥ים הָאֵ֖לֶּה וְאֶת־הַמִּשְׁפָּטִ֑ים וְשָֽׁמַרְתָּ֤ וְעָשִׂ֨יתָ֙ אוֹתָ֔ם בְּכָל־לְבָֽבְךָ֖ וּבְכָל־נַפְשֶֽׁךָ:
יזאֶת־יְהֹוָ֥ה הֶֽאֱמַ֖רְתָּ הַיּ֑וֹם לִֽהְיוֹת֩ לְךָ֨ לֵֽאלֹהִ֜ים וְלָלֶ֣כֶת בִּדְרָכָ֗יו וְלִשְׁמֹ֨ר חֻקָּ֧יו וּמִצְוֹתָ֛יו וּמִשְׁפָּטָ֖יו וְלִשְׁמֹ֥עַ בְּקֹלֽוֹ:
יחוַֽיהֹוָ֞ה הֶֽאֱמִֽירְךָ֣ הַיּ֗וֹם לִֽהְי֥וֹת לוֹ֙ לְעַ֣ם סְגֻלָּ֔ה כַּֽאֲשֶׁ֖ר דִּבֶּר־לָ֑ךְ וְלִשְׁמֹ֖ר כָּל־מִצְוֹתָֽיו:
יטוּלְתִתְּךָ֣ עֶלְי֗וֹן עַ֤ל כָּל־הַגּוֹיִם֙ אֲשֶׁ֣ר עָשָׂ֔ה לִתְהִלָּ֖ה וּלְשֵׁ֣ם וּלְתִפְאָ֑רֶת וְלִֽהְיֹֽתְךָ֧ עַם־קָד֛שׁ לַֽיהֹוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ כַּֽאֲשֶׁ֥ר דִּבֵּֽר:
אוַיְצַ֤ו משֶׁה֙ וְזִקְנֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל אֶת־הָעָ֖ם לֵאמֹ֑ר שָׁמֹר֙ אֶת־כָּל־הַמִּצְוָ֔ה אֲשֶׁ֧ר אָֽנֹכִ֛י מְצַוֶּ֥ה אֶתְכֶ֖ם הַיּֽוֹם:
בוְהָיָ֗ה בַּיּוֹם֘ אֲשֶׁ֣ר תַּֽעַבְר֣וּ אֶת־הַיַּרְדֵּן֒ אֶל־הָאָ֕רֶץ אֲשֶׁר־יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ נֹתֵ֣ן לָ֑ךְ וַֽהֲקֵמֹתָ֤ לְךָ֙ אֲבָנִ֣ים גְּדֹל֔וֹת וְשַׂדְתָּ֥ אֹתָ֖ם בַּשִּֽׂיד:
גוְכָֽתַבְתָּ֣ עֲלֵיהֶ֗ן אֶת־כָּל־דִּבְרֵ֛י הַתּוֹרָ֥ה הַזֹּ֖את בְּעָבְרֶ֑ךָ לְמַ֡עַן אֲשֶׁר֩ תָּבֹ֨א אֶל־הָאָ֜רֶץ אֲשֶׁר־יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶ֣יךָ | נֹתֵ֣ן לְךָ֗ אֶ֣רֶץ זָבַ֤ת חָלָב֙ וּדְבַ֔שׁ כַּֽאֲשֶׁ֥ר דִּבֶּ֛ר יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֵֽי־אֲבֹתֶ֖יךָ לָֽךְ:
דוְהָיָה֘ בְּעָבְרְכֶ֣ם אֶת־הַיַּרְדֵּן֒ תָּקִ֜ימוּ אֶת־הָֽאֲבָנִ֣ים הָאֵ֗לֶּה אֲשֶׁ֨ר אָֽנֹכִ֜י מְצַוֶּ֥ה אֶתְכֶ֛ם הַיּ֖וֹם בְּהַ֣ר עֵיבָ֑ל וְשַׂדְתָּ֥ אוֹתָ֖ם בַּשִּֽׂיד:
הוּבָנִ֤יתָ שָּׁם֙ מִזְבֵּ֔חַ לַֽיהֹוָ֖ה אֱלֹהֶ֑יךָ מִזְבַּ֣ח אֲבָנִ֔ים לֹֽא־תָנִ֥יף עֲלֵיהֶ֖ם בַּרְזֶֽל:
ואֲבָנִ֤ים שְׁלֵמוֹת֙ תִּבְנֶ֔ה אֶת־מִזְבַּ֖ח יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֑יךָ וְהַֽעֲלִ֤יתָ עָלָיו֙ עוֹלֹ֔ת לַֽיהֹוָ֖ה אֱלֹהֶֽיךָ:
זוְזָֽבַחְתָּ֥ שְׁלָמִ֖ים וְאָכַ֣לְתָּ שָּׁ֑ם וְשָׂ֣מַחְתָּ֔ לִפְנֵ֖י יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶֽיךָ:
חוְכָתַבְתָּ֣ עַל־הָֽאֲבָנִ֗ים אֶת־כָּל־דִּבְרֵ֛י הַתּוֹרָ֥ה הַזֹּ֖את בַּאֵ֥ר הֵיטֵֽב:
טוַיְדַבֵּ֤ר משֶׁה֙ וְהַכֹּֽהֲנִ֣ים הַֽלְוִיִּ֔ם אֶל־כָּל־יִשְׂרָאֵ֖ל לֵאמֹ֑ר הַסְכֵּ֤ת | וּשְׁמַע֙ יִשְׂרָאֵ֔ל הַיּ֤וֹם הַזֶּה֙ נִֽהְיֵ֣יתָ לְעָ֔ם לַֽיהֹוָ֖ה אֱלֹהֶֽיךָ:
יוְשָׁ֣מַעְתָּ֔ בְּק֖וֹל יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֑יךָ וְעָשִׂ֤יתָ אֶת־מִצְוֹתָו֙ וְאֶת־חֻקָּ֔יו אֲשֶׁ֛ר אָֽנֹכִ֥י מְצַוְּךָ֖ הַיּֽוֹם:
יאוַיְצַ֤ו משֶׁה֙ אֶת־הָעָ֔ם בַּיּ֥וֹם הַה֖וּא לֵאמֹֽר:
יבאֵ֠לֶּה יַֽעַמְד֞וּ לְבָרֵ֤ךְ אֶת־הָעָם֙ עַל־הַ֣ר גְּרִזִּ֔ים בְּעָבְרְכֶ֖ם אֶת־הַיַּרְדֵּ֑ן שִׁמְעוֹן֙ וְלֵוִ֣י וִֽיהוּדָ֔ה וְיִשָּׂשכָ֖ר וְיוֹסֵ֥ף וּבִנְיָמִֽן:
יגוְאֵ֛לֶּה יַֽעַמְד֥וּ עַל־הַקְּלָלָ֖ה בְּהַ֣ר עֵיבָ֑ל רְאוּבֵן֙ גָּ֣ד וְאָשֵׁ֔ר וּזְבוּלֻ֖ן דָּ֥ן וְנַפְתָּלִֽי:
ידוְעָנ֣וּ הַֽלְוִיִּ֗ם וְאָֽמְר֛וּ אֶל־כָּל־אִ֥ישׁ יִשְׂרָאֵ֖ל ק֥וֹל רָֽם:
טואָר֣וּר הָאִ֡ישׁ אֲשֶׁ֣ר יַֽעֲשֶׂה֩ פֶ֨סֶל וּמַסֵּכָ֜ה תּֽוֹעֲבַ֣ת יְהֹוָ֗ה מַֽעֲשֵׂ֛ה יְדֵ֥י חָרָ֖שׁ וְשָׂ֣ם בַּסָּ֑תֶר וְעָנ֧וּ כָל־הָעָ֛ם וְאָֽמְר֖וּ אָמֵֽן:
טזאָר֕וּר מַקְלֶ֥ה אָבִ֖יו וְאִמּ֑וֹ וְאָמַ֥ר כָּל־הָעָ֖ם אָמֵֽן:
יזאָר֕וּר מַסִּ֖יג גְּב֣וּל רֵעֵ֑הוּ וְאָמַ֥ר כָּל־הָעָ֖ם אָמֵֽן:
יחאָר֕וּר מַשְׁגֶּ֥ה עִוֵּ֖ר בַּדָּ֑רֶךְ וְאָמַ֥ר כָּל־הָעָ֖ם אָמֵֽן:
יטאָר֗וּר מַטֶּ֛ה מִשְׁפַּ֥ט גֵּֽר־יָת֖וֹם וְאַלְמָנָ֑ה וְאָמַ֥ר כָּל־הָעָ֖ם אָמֵֽן:
כאָר֗וּר שֹׁכֵב֙ עִם־אֵ֣שֶׁת אָבִ֔יו כִּ֥י גִלָּ֖ה כְּנַ֣ף אָבִ֑יו וְאָמַ֥ר כָּל־הָעָ֖ם אָמֵֽן:
כאאָר֕וּר שֹׁכֵ֖ב עִם־כָּל־בְּהֵמָ֑ה וְאָמַ֥ר כָּל־הָעָ֖ם אָמֵֽן:
כבאָר֗וּר שֹׁכֵב֙ עִם־אֲחֹת֔וֹ בַּת־אָבִ֖יו א֣וֹ בַת־אִמּ֑וֹ וְאָמַ֥ר כָּל־הָעָ֖ם אָמֵֽן:
כגאָר֕וּר שֹׁכֵ֖ב עִם־חֹֽתַנְתּ֑וֹ וְאָמַ֥ר כָּל־הָעָ֖ם אָמֵֽן:
כדאָר֕וּר מַכֵּ֥ה רֵעֵ֖הוּ בַּסָּ֑תֶר וְאָמַ֥ר כָּל־הָעָ֖ם אָמֵֽן:
כהאָרוּר֙ לֹקֵ֣חַ שֹׁ֔חַד לְהַכּ֥וֹת נֶ֖פֶשׁ דַּ֣ם נָקִ֑י וְאָמַ֥ר כָּל־הָעָ֖ם אָמֵֽן:
כואָר֗וּר אֲשֶׁ֧ר לֹֽא־יָקִ֛ים אֶת־דִּבְרֵ֥י הַתּוֹרָֽה־הַזֹּ֖את לַֽעֲשׂ֣וֹת אוֹתָ֑ם וְאָמַ֥ר כָּל־הָעָ֖ם אָמֵֽן:
אוְהָיָ֗ה אִם־שָׁמ֤וֹעַ תִּשְׁמַע֙ בְּקוֹל֙ יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ לִשְׁמֹ֤ר לַֽעֲשׂוֹת֙ אֶת־כָּל־מִצְוֹתָ֔יו אֲשֶׁ֛ר אָֽנֹכִ֥י מְצַוְּךָ֖ הַיּ֑וֹם וּנְתָ֨נְךָ֜ יְהֹוָ֤ה אֱלֹהֶ֨יךָ֙ עֶלְי֔וֹן עַ֖ל כָּל־גּוֹיֵ֥י הָאָֽרֶץ:
בוּבָ֧אוּ עָלֶ֛יךָ כָּל־הַבְּרָכ֥וֹת הָאֵ֖לֶּה וְהִשִּׂיגֻ֑ךָ כִּ֣י תִשְׁמַ֔ע בְּק֖וֹל יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶֽיךָ:
גבָּר֥וּךְ אַתָּ֖ה בָּעִ֑יר וּבָר֥וּךְ אַתָּ֖ה בַּשָּׂדֶֽה:
דבָּר֧וּךְ פְּרִֽי־בִטְנְךָ֛ וּפְרִ֥י אַדְמָֽתְךָ֖ וּפְרִ֣י בְהֶמְתֶּ֑ךָ שְׁגַ֥ר אֲלָפֶ֖יךָ וְעַשְׁתְּר֥וֹת צֹאנֶֽךָ:
הבָּר֥וּךְ טַנְאֲךָ֖ וּמִשְׁאַרְתֶּֽךָ:
ובָּר֥וּךְ אַתָּ֖ה בְּבֹאֶ֑ךָ וּבָר֥וּךְ אַתָּ֖ה בְּצֵאתֶֽךָ:
יִתֵּ֨ן יְהֹוָ֤ה אֶת־אֹֽיְבֶ֨יךָ֙ הַקָּמִ֣ים עָלֶ֔יךָ נִגָּפִ֖ים לְפָנֶ֑יךָ בְּדֶ֤רֶךְ אֶחָד֙ יֵֽצְא֣וּ אֵלֶ֔יךָ וּבְשִׁבְעָ֥ה דְרָכִ֖ים יָנ֥וּסוּ לְפָנֶֽיךָ:
חיְצַ֨ו יְהֹוָ֤ה אִתְּךָ֙ אֶת־הַבְּרָכָ֔ה בַּֽאֲסָמֶ֕יךָ וּבְכֹ֖ל מִשְׁלַ֣ח יָדֶ֑ךָ וּבֵ֣רַכְךָ֔ בָּאָ֕רֶץ אֲשֶׁר־יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ נֹתֵ֥ן לָֽךְ:
טיְקִֽימְךָ֙ יְהֹוָ֥ה לוֹ֙ לְעַ֣ם קָד֔וֹשׁ כַּֽאֲשֶׁ֖ר נִשְׁבַּע־לָ֑ךְ כִּ֣י תִשְׁמֹ֗ר אֶת־מִצְוֹת֙ יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ וְהָֽלַכְתָּ֖ בִּדְרָכָֽיו:
יוְרָאוּ֙ כָּל־עַמֵּ֣י הָאָ֔רֶץ כִּ֛י שֵׁ֥ם יְהֹוָ֖ה נִקְרָ֣א עָלֶ֑יךָ וְיָֽרְא֖וּ מִמֶּֽךָּ:
יאוְהוֹתִֽרְךָ֤ יְהֹוָה֙ לְטוֹבָ֔ה בִּפְרִ֧י בִטְנְךָ֛ וּבִפְרִ֥י בְהֶמְתְּךָ֖ וּבִפְרִ֣י אַדְמָתֶ֑ךָ עַ֚ל הָֽאֲדָמָ֔ה אֲשֶׁ֨ר נִשְׁבַּ֧ע יְהֹוָ֛ה לַֽאֲבֹתֶ֖יךָ לָ֥תֶת לָֽךְ:
יביִפְתַּ֣ח יְהֹוָ֣ה | לְ֠ךָ֠ אֶת־אֽוֹצָר֨וֹ הַטּ֜וֹב אֶת־הַשָּׁמַ֗יִם לָתֵ֤ת מְטַר־אַרְצְךָ֙ בְּעִתּ֔וֹ וּלְבָרֵ֕ךְ אֵ֖ת כָּל־מַֽעֲשֵׂ֣ה יָדֶ֑ךָ וְהִלְוִ֨יתָ֙ גּוֹיִ֣ם רַבִּ֔ים וְאַתָּ֖ה לֹ֥א תִלְוֶֽה:
יגוּנְתָֽנְךָ֙ יְהֹוָ֤ה לְרֹאשׁ֙ וְלֹ֣א לְזָנָ֔ב וְהָיִ֨יתָ֙ רַ֣ק לְמַ֔עְלָה וְלֹ֥א תִֽהְיֶ֖ה לְמָ֑טָּה כִּֽי־תִשְׁמַ֞ע אֶל־מִצְוֹ֣ת | יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֗יךָ אֲשֶׁ֨ר אָֽנֹכִ֧י מְצַוְּךָ֛ הַיּ֖וֹם לִשְׁמֹ֥ר וְלַֽעֲשֽׂוֹת:
ידוְלֹ֣א תָס֗וּר מִכָּל־הַדְּבָרִים֙ אֲשֶׁ֨ר אָֽנֹכִ֜י מְצַוֶּ֥ה אֶתְכֶ֛ם הַיּ֖וֹם יָמִ֣ין וּשְׂמֹ֑אול לָלֶ֗כֶת אַֽחֲרֵ֛י אֱלֹהִ֥ים אֲחֵרִ֖ים לְעָבְדָֽם:
טווְהָיָ֗ה אִם־לֹ֤א תִשְׁמַע֙ בְּקוֹל֙ יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ לִשְׁמֹ֤ר לַֽעֲשׂוֹת֙ אֶת־כָּל־מִצְוֹתָ֣יו וְחֻקֹּתָ֔יו אֲשֶׁ֛ר אָֽנֹכִ֥י מְצַוְּךָ֖ הַיּ֑וֹם וּבָ֧אוּ עָלֶ֛יךָ כָּל־הַקְּלָל֥וֹת הָאֵ֖לֶּה וְהִשִּׂיגֽוּךָ:
טזאָר֥וּר אַתָּ֖ה בָּעִ֑יר וְאָר֥וּר אַתָּ֖ה בַּשָּׂדֶֽה:
יזאָר֥וּר טַנְאֲךָ֖ וּמִשְׁאַרְתֶּֽךָ:
יחאָר֥וּר פְּרִֽי־בִטְנְךָ֖ וּפְרִ֣י אַדְמָתֶ֑ךָ שְׁגַ֥ר אֲלָפֶ֖יךָ וְעַשְׁתְּרֹ֥ת צֹאנֶֽךָ:
יטאָר֥וּר אַתָּ֖ה בְּבֹאֶ֑ךָ וְאָר֥וּר אַתָּ֖ה בְּצֵאתֶֽךָ:
כיְשַׁלַּ֣ח יְהֹוָ֣ה | בְּ֠ךָ֠ אֶת־הַמְּאֵרָ֤ה אֶת־הַמְּהוּמָה֙ וְאֶת־הַמִּגְעֶ֔רֶת בְּכָל־מִשְׁלַ֥ח יָֽדְךָ֖ אֲשֶׁ֣ר תַּֽעֲשֶׂ֑ה עַ֣ד הִשָּֽׁמֶדְךָ֤ וְעַד־אֲבָדְךָ֙ מַהֵ֔ר מִפְּנֵ֛י רֹ֥עַ מַֽעֲלָלֶ֖יךָ אֲשֶׁ֥ר עֲזַבְתָּֽנִי:
כאיַדְבֵּ֧ק יְהֹוָ֛ה בְּךָ֖ אֶת־הַדָּ֑בֶר עַ֚ד כַּלֹּת֣וֹ אֹֽתְךָ֔ מֵעַל֙ הָֽאֲדָמָ֔ה אֲשֶׁר־אַתָּ֥ה בָא־שָׁ֖מָּה לְרִשְׁתָּֽהּ:
כביַכְּכָ֣ה יְ֠הֹוָ֠ה בַּשַּׁחֶ֨פֶת וּבַקַּדַּ֜חַת וּבַדַּלֶּ֗קֶת וּבַֽחַרְחֻר֙ וּבַחֶ֔רֶב וּבַשִּׁדָּפ֖וֹן וּבַיֵּֽרָק֑וֹן וּרְדָפ֖וּךָ עַ֥ד אָבְדֶֽךָ:
כגוְהָי֥וּ שָׁמֶ֛יךָ אֲשֶׁ֥ר עַל־רֹֽאשְׁךָ֖ נְח֑שֶׁת וְהָאָ֥רֶץ אֲשֶׁר־תַּחְתֶּ֖יךָ בַּרְזֶֽל:
כדיִתֵּ֧ן יְהֹוָ֛ה אֶת־מְטַ֥ר אַרְצְךָ֖ אָבָ֣ק וְעָפָ֑ר מִן־הַשָּׁמַ֨יִם֙ יֵרֵ֣ד עָלֶ֔יךָ עַ֖ד הִשָּֽׁמְדָֽךְ:
כהיִתֶּנְךָ֨ יְהֹוָ֣ה | נִגָּף֘ לִפְנֵ֣י אֹֽיְבֶ֒יךָ֒ בְּדֶ֤רֶךְ אֶחָד֙ תֵּצֵ֣א אֵלָ֔יו וּבְשִׁבְעָ֥ה דְרָכִ֖ים תָּנ֣וּס לְפָנָ֑יו וְהָיִ֣יתָ לְזַֽעֲוָ֔ה לְכֹ֖ל מַמְלְכ֥וֹת הָאָֽרֶץ:
כווְהָֽיְתָ֤ה נִבְלָֽתְךָ֙ לְמַֽאֲכָ֔ל לְכָל־ע֥וֹף הַשָּׁמַ֖יִם וּלְבֶֽהֱמַ֣ת הָאָ֑רֶץ וְאֵ֖ין מַֽחֲרִֽיד:
כזיַכְּכָ֨ה יְהֹוָ֜ה בִּשְׁחִ֤ין מִצְרַ֨יִם֙ וּבַטְחֹרִ֔ים (כתיב ובעפלים) וּבַגָּרָ֖ב וּבֶחָ֑רֶס אֲשֶׁ֥ר לֹֽא־תוּכַ֖ל לְהֵֽרָפֵֽא:
כחיַכְּכָ֣ה יְהֹוָ֔ה בְּשִׁגָּע֖וֹן וּבְעִוָּר֑וֹן וּבְתִמְה֖וֹן לֵבָֽב:
כטוְהָיִ֜יתָ מְמַשֵּׁ֣שׁ בַּצָּֽהֳרַ֗יִם כַּֽאֲשֶׁ֨ר יְמַשֵּׁ֤שׁ הָֽעִוֵּר֙ בָּֽאֲפֵלָ֔ה וְלֹ֥א תַצְלִ֖יחַ אֶת־דְּרָכֶ֑יךָ וְהָיִ֜יתָ אַ֣ךְ עָשׁ֧וּק וְגָז֛וּל כָּל־הַיָּמִ֖ים וְאֵ֥ין מוֹשִֽׁיעַ:
לאִשָּׁ֣ה תְאָרֵ֗שׂ וְאִ֤ישׁ אַחֵר֙ יִשְׁכָּבֶ֔נָּה (כתיב ישגלנה) בַּ֥יִת תִּבְנֶ֖ה וְלֹֽא־תֵשֵׁ֣ב בּ֑וֹ כֶּ֥רֶם תִּטַּ֖ע וְלֹ֥א תְחַלְּלֶֽנּוּ:
לאשֽׁוֹרְךָ֞ טָב֣וּחַ לְעֵינֶ֗יךָ וְלֹ֣א תֹאכַל֘ מִמֶּ֒נּוּ֒ חֲמֹֽרְךָ֙ גָּז֣וּל מִלְּפָנֶ֔יךָ וְלֹ֥א יָשׁ֖וּב לָ֑ךְ צֹֽאנְךָ֙ נְתֻנ֣וֹת לְאֹֽיְבֶ֔יךָ וְאֵ֥ין לְךָ֖ מוֹשִֽׁיעַ:
לבבָּנֶ֨יךָ וּבְנֹתֶ֜יךָ נְתֻנִ֨ים לְעַ֤ם אַחֵר֙ וְעֵינֶ֣יךָ רֹא֔וֹת וְכָל֥וֹת אֲלֵיהֶ֖ם כָּל־הַיּ֑וֹם וְאֵ֥ין לְאֵ֖ל יָדֶֽךָ:
לגפְּרִ֤י אַדְמָֽתְךָ֙ וְכָל־יְגִ֣יעֲךָ֔ יֹאכַ֥ל עַ֖ם אֲשֶׁ֣ר לֹֽא־יָדָ֑עְתָּ וְהָיִ֗יתָ רַ֛ק עָשׁ֥וּק וְרָצ֖וּץ כָּל־הַיָּמִֽים:
לדוְהָיִ֖יתָ מְשֻׁגָּ֑ע מִמַּרְאֵ֥ה עֵינֶ֖יךָ אֲשֶׁ֥ר תִּרְאֶֽה:
להיַכְּכָ֨ה יְהֹוָ֜ה בִּשְׁחִ֣ין רָ֗ע עַל־הַבִּרְכַּ֨יִם֙ וְעַל־הַשֹּׁקַ֔יִם אֲשֶׁ֥ר לֹֽא־תוּכַ֖ל לְהֵֽרָפֵ֑א מִכַּ֥ף רַגְלְךָ֖ וְעַ֥ד קָדְקֳדֶֽךָ:
לויוֹלֵ֨ךְ יְהֹוָ֜ה אֹֽתְךָ֗ וְאֶת־מַלְכְּךָ֙ אֲשֶׁ֣ר תָּקִ֣ים עָלֶ֔יךָ אֶל־גּ֕וֹי אֲשֶׁ֥ר לֹֽא־יָדַ֖עְתָּ אַתָּ֣ה וַֽאֲבֹתֶ֑יךָ וְעָבַ֥דְתָּ שָּׁ֛ם אֱלֹהִ֥ים אֲחֵרִ֖ים עֵ֥ץ וָאָֽבֶן:
לזוְהָיִ֣יתָ לְשַׁמָּ֔ה לְמָשָׁ֖ל וְלִשְׁנִינָ֑ה בְּכֹל֙ הָֽעַמִּ֔ים אֲשֶׁר־יְנַֽהֶגְךָ֥ יְהֹוָ֖ה שָֽׁמָּה:
לחזֶ֥רַע רַ֖ב תּוֹצִ֣יא הַשָּׂדֶ֑ה וּמְעַ֣ט תֶּֽאֱסֹ֔ף כִּ֥י יַחְסְלֶ֖נּוּ הָֽאַרְבֶּֽה:
לטכְּרָמִ֥ים תִּטַּ֖ע וְעָבָ֑דְתָּ וְיַ֤יִן לֹֽא־תִשְׁתֶּה֙ וְלֹ֣א תֶֽאֱגֹ֔ר כִּ֥י תֹֽאכְלֶ֖נּוּ הַתֹּלָֽעַת:
מזֵיתִ֛ים יִֽהְי֥וּ לְךָ֖ בְּכָל־גְּבוּלֶ֑ךָ וְשֶׁ֨מֶן֙ לֹ֣א תָס֔וּךְ כִּ֥י יִשַּׁ֖ל זֵיתֶֽךָ:
מאבָּנִ֥ים וּבָנ֖וֹת תּוֹלִ֑יד וְלֹא־יִֽהְי֣וּ לָ֔ךְ כִּ֥י יֵֽלְכ֖וּ בַּשֶּֽׁבִי:
מבכָּל־עֵֽצְךָ֖ וּפְרִ֣י אַדְמָתֶ֑ךָ יְיָרֵ֖שׁ הַצְּלָצַֽל:
מגהַגֵּר֙ אֲשֶׁ֣ר בְּקִרְבְּךָ֔ יַֽעֲלֶ֥ה עָלֶ֖יךָ מַ֣עְלָה מָּ֑עְלָה וְאַתָּ֥ה תֵרֵ֖ד מַ֥טָּה מָּֽטָּה:
מדה֣וּא יַלְוְךָ֔ וְאַתָּ֖ה לֹ֣א תַלְוֶ֑נּוּ ה֚וּא יִֽהְיֶ֣ה לְרֹ֔אשׁ וְאַתָּ֖ה תִּֽהְיֶ֥ה לְזָנָֽב:
מהוּבָ֨אוּ עָלֶ֜יךָ כָּל־הַקְּלָל֣וֹת הָאֵ֗לֶּה וּרְדָפ֨וּךָ֙ וְהִשִּׂיג֔וּךָ עַ֖ד הִשָּֽׁמְדָ֑ךְ כִּי־לֹ֣א שָׁמַ֗עְתָּ בְּקוֹל֙ יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ לִשְׁמֹ֛ר מִצְוֹתָ֥יו וְחֻקֹּתָ֖יו אֲשֶׁ֥ר צִוָּֽךְ:
מווְהָי֣וּ בְךָ֔ לְא֖וֹת וּלְמוֹפֵ֑ת וּבְזַרְעֲךָ֖ עַד־עוֹלָֽם:
מזתַּ֗חַת אֲשֶׁ֤ר לֹֽא־עָבַ֨דְתָּ֙ אֶת־יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ בְּשִׂמְחָ֖ה וּבְט֣וּב לֵבָ֑ב מֵרֹ֖ב כֹּֽל:
מחוְעָֽבַדְתָּ֣ אֶת־אֹֽיְבֶ֗יךָ אֲשֶׁ֨ר יְשַׁלְּחֶ֤נּוּ יְהֹוָה֙ בָּ֔ךְ בְּרָעָ֧ב וּבְצָמָ֛א וּבְעֵירֹ֖ם וּבְחֹ֣סֶר כֹּ֑ל וְנָתַ֞ן עֹ֤ל בַּרְזֶל֙ עַל־צַוָּארֶ֔ךָ עַ֥ד הִשְׁמִיד֖וֹ אֹתָֽךְ:
מטיִשָּׂ֣א יְהֹוָה֩ עָלֶ֨יךָ גּ֤וֹי מֵֽרָחֹק֙ מִקְצֵ֣ה הָאָ֔רֶץ כַּֽאֲשֶׁ֥ר יִדְאֶ֖ה הַנָּ֑שֶׁר גּ֕וֹי אֲשֶׁ֥ר לֹֽא־תִשְׁמַ֖ע לְשֹׁנֽוֹ:
נגּ֖וֹי עַ֣ז פָּנִ֑ים אֲשֶׁ֨ר לֹֽא־יִשָּׂ֤א פָנִים֙ לְזָקֵ֔ן וְנַ֖עַר לֹ֥א יָחֹֽן:
נאוְאָכַ֠ל פְּרִ֨י בְהֶמְתְּךָ֥ וּפְרִֽי־אַדְמָֽתְךָ֘ עַ֣ד הִשָּֽׁמְדָךְ֒ אֲשֶׁ֨ר לֹֽא־יַשְׁאִ֜יר לְךָ֗ דָּגָן֙ תִּיר֣וֹשׁ וְיִצְהָ֔ר שְׁגַ֥ר אֲלָפֶ֖יךָ וְעַשְׁתְּרֹ֣ת צֹאנֶ֑ךָ עַ֥ד הַֽאֲבִיד֖וֹ אֹתָֽךְ:
נבוְהֵצַ֨ר לְךָ֜ בְּכָל־שְׁעָרֶ֗יךָ עַ֣ד רֶ֤דֶת חֹֽמֹתֶ֨יךָ֙ הַגְּבֹהֹ֣ת וְהַבְּצֻר֔וֹת אֲשֶׁ֥ר אַתָּ֛ה בֹּטֵ֥חַ בָּהֵ֖ן בְּכָל־אַרְצֶ֑ךָ וְהֵצַ֤ר לְךָ֙ בְּכָל־שְׁעָרֶ֔יךָ בְּכָ֨ל־אַרְצְךָ֔ אֲשֶׁ֥ר נָתַ֛ן יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ לָֽךְ:
נגוְאָֽכַלְתָּ֣ פְרִֽי־בִטְנְךָ֗ בְּשַׂ֤ר בָּנֶ֨יךָ֙ וּבְנֹתֶ֔יךָ אֲשֶׁ֥ר נָֽתַן־לְךָ֖ יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֑יךָ בְּמָצוֹר֙ וּבְמָצ֔וֹק אֲשֶׁר־יָצִ֥יק לְךָ֖ אֹֽיְבֶֽךָ:
נדהָאִישׁ֙ הָרַ֣ךְ בְּךָ֔ וְהֶֽעָנֹ֖ג מְאֹ֑ד תֵּרַ֨ע עֵינ֤וֹ בְאָחִיו֙ וּבְאֵ֣שֶׁת חֵיק֔וֹ וּבְיֶ֥תֶר בָּנָ֖יו אֲשֶׁ֥ר יוֹתִֽיר:
נהמִתֵּ֣ת | לְאַחַ֣ד מֵהֶ֗ם מִבְּשַׂ֤ר בָּנָיו֙ אֲשֶׁ֣ר יֹאכֵ֔ל מִבְּלִ֥י הִשְׁאִֽיר־ל֖וֹ כֹּ֑ל בְּמָצוֹר֙ וּבְמָצ֔וֹק אֲשֶׁ֨ר יָצִ֥יק לְךָ֛ אֹֽיִבְךָ֖ בְּכָל־שְׁעָרֶֽיךָ:
נוהָֽרַכָּ֨ה בְךָ֜ וְהָֽעֲנֻגָּ֗ה אֲשֶׁ֨ר לֹֽא־נִסְּתָ֤ה כַף־רַגְלָהּ֙ הַצֵּ֣ג עַל־הָאָ֔רֶץ מֵֽהִתְעַנֵּ֖ג וּמֵרֹ֑ךְ תֵּרַ֤ע עֵינָהּ֙ בְּאִ֣ישׁ חֵיקָ֔הּ וּבִבְנָ֖הּ וּבְבִתָּֽהּ:
נזוּבְשִׁלְיָתָ֞הּ הַיּוֹצֵ֣ת | מִבֵּ֣ין רַגְלֶ֗יהָ וּבְבָנֶ֨יהָ֙ אֲשֶׁ֣ר תֵּלֵ֔ד כִּי־תֹֽאכְלֵ֥ם בְּחֹֽסֶר־כֹּ֖ל בַּסָּ֑תֶר בְּמָצוֹר֙ וּבְמָצ֔וֹק אֲשֶׁ֨ר יָצִ֥יק לְךָ֛ אֹֽיִבְךָ֖ בִּשְׁעָרֶֽיךָ:
נחאִם־לֹ֨א תִשְׁמֹ֜ר לַֽעֲשׂ֗וֹת אֶת־כָּל־דִּבְרֵי֙ הַתּוֹרָ֣ה הַזֹּ֔את הַכְּתֻבִ֖ים בַּסֵּ֣פֶר הַזֶּ֑ה לְ֠יִרְאָ֠ה אֶת־הַשֵּׁ֞ם הַנִּכְבַּ֤ד וְהַנּוֹרָא֙ הַזֶּ֔ה אֵ֖ת יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶֽיךָ:
נטוְהִפְלָ֤א יְהֹוָה֙ אֶת־מַכֹּ֣תְךָ֔ וְאֵ֖ת מַכּ֣וֹת זַרְעֶ֑ךָ מַכּ֤וֹת גְּדֹלֹת֙ וְנֶ֣אֱמָנ֔וֹת וָֽחֳלָיִ֥ם רָעִ֖ים וְנֶֽאֱמָנִֽים:
סוְהֵשִׁ֣יב בְּךָ֗ אֵ֚ת כָּל־מַדְוֵ֣ה מִצְרַ֔יִם אֲשֶׁ֥ר יָגֹ֖רְתָּ מִפְּנֵיהֶ֑ם וְדָֽבְק֖וּ בָּֽךְ:
סאגַּ֤ם כָּל־חֳלִי֙ וְכָל־מַכָּ֔ה אֲשֶׁר֙ לֹ֣א כָת֔וּב בְּסֵ֖פֶר הַתּוֹרָ֣ה הַזֹּ֑את יַעְלֵ֤ם יְהֹוָה֙ עָלֶ֔יךָ עַ֖ד הִשָּֽׁמְדָֽךְ:
סבוְנִשְׁאַרְתֶּם֙ בִּמְתֵ֣י מְעָ֔ט תַּ֚חַת אֲשֶׁ֣ר הֱיִיתֶ֔ם כְּכֽוֹכְבֵ֥י הַשָּׁמַ֖יִם לָרֹ֑ב כִּי־לֹ֣א שָׁמַ֔עְתָּ בְּק֖וֹל יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶֽיךָ:
סגוְהָיָ֠ה כַּֽאֲשֶׁר־שָׂ֨שׂ יְהֹוָ֜ה עֲלֵיכֶ֗ם לְהֵיטִ֣יב אֶתְכֶם֘ וּלְהַרְבּ֣וֹת אֶתְכֶם֒ כֵּ֣ן יָשִׂ֤ישׂ יְהֹוָה֙ עֲלֵיכֶ֔ם לְהַֽאֲבִ֥יד אֶתְכֶ֖ם וּלְהַשְׁמִ֣יד אֶתְכֶ֑ם וְנִסַּחְתֶּם֙ מֵעַ֣ל הָֽאֲדָמָ֔ה אֲשֶׁר־אַתָּ֥ה בָא־שָׁ֖מָּה לְרִשְׁתָּֽהּ:
סדוֶֽהֱפִֽיצְךָ֤ יְהֹוָה֙ בְּכָל־הָ֣עַמִּ֔ים מִקְצֵ֥ה הָאָ֖רֶץ וְעַד־קְצֵ֣ה הָאָ֑רֶץ וְעָבַ֨דְתָּ שָּׁ֜ם אֱלֹהִ֣ים אֲחֵרִ֗ים אֲשֶׁ֧ר לֹֽא־יָדַ֛עְתָּ אַתָּ֥ה וַֽאֲבֹתֶ֖יךָ עֵ֥ץ וָאָֽבֶן:
סהוּבַגּוֹיִ֤ם הָהֵם֙ לֹ֣א תַרְגִּ֔יעַ וְלֹא־יִֽהְיֶ֥ה מָנ֖וֹחַ לְכַף־רַגְלֶ֑ךָ וְנָתַן֩ יְהֹוָ֨ה לְךָ֥ שָׁם֙ לֵ֣ב רַגָּ֔ז וְכִלְי֥וֹן עֵינַ֖יִם וְדַֽאֲב֥וֹן נָֽפֶשׁ:
סווְהָי֣וּ חַיֶּ֔יךָ תְּלֻאִ֥ים לְךָ֖ מִנֶּ֑גֶד וּפָֽחַדְתָּ֙ לַ֣יְלָה וְיוֹמָ֔ם וְלֹ֥א תַֽאֲמִ֖ין בְּחַיֶּֽיךָ:
סזבַּבֹּ֤קֶר תֹּאמַר֙ מִֽי־יִתֵּ֣ן עֶ֔רֶב וּבָעֶ֥רֶב תֹּאמַ֖ר מִֽי־יִתֵּ֣ן בֹּ֑קֶר מִפַּ֤חַד לְבָֽבְךָ֙ אֲשֶׁ֣ר תִּפְחָ֔ד וּמִמַּרְאֵ֥ה עֵינֶ֖יךָ אֲשֶׁ֥ר תִּרְאֶֽה:
סחוֶֽהֱשִֽׁיבְךָ֙ יְהֹוָ֥ה | מִצְרַ֘יִם֘ בָּֽאֳנִיּוֹת֒ בַּדֶּ֨רֶךְ֙ אֲשֶׁ֣ר אָמַ֣רְתִּי לְךָ֔ לֹֽא־תֹסִ֥יף ע֖וֹד לִרְאֹתָ֑הּ וְהִתְמַכַּרְתֶּ֨ם שָׁ֧ם לְאֹֽיְבֶ֛יךָ לַֽעֲבָדִ֥ים וְלִשְׁפָח֖וֹת וְאֵ֥ין קֹנֶֽה:
סטאֵ֩לֶּה֩ דִבְרֵ֨י הַבְּרִ֜ית אֲשֶׁר־צִוָּ֧ה יְהֹוָ֣ה אֶת־משֶׁ֗ה לִכְרֹ֛ת אֶת־בְּנֵ֥י יִשְׂרָאֵ֖ל בְּאֶ֣רֶץ מוֹאָ֑ב מִלְּבַ֣ד הַבְּרִ֔ית אֲשֶׁר־כָּרַ֥ת אִתָּ֖ם בְּחֹרֵֽב:
א וַיִּקְרָ֥א משֶׁ֛ה אֶל־כָּל־יִשְׂרָאֵ֖ל וַיֹּ֣אמֶר אֲלֵהֶ֑ם אַתֶּ֣ם רְאִיתֶ֗ם אֵ֣ת כָּל־אֲשֶׁר֩ עָשָׂ֨ה יְהֹוָ֤ה לְעֵֽינֵיכֶם֙ בְּאֶ֣רֶץ מִצְרַ֔יִם לְפַרְעֹ֥ה וּלְכָל־עֲבָדָ֖יו וּלְכָל־אַרְצֽוֹ:
ב הַמַּסּוֹת֙ הַגְּדֹלֹ֔ת אֲשֶׁ֥ר רָא֖וּ עֵינֶ֑יךָ הָֽאֹתֹ֧ת וְהַמֹּֽפְתִ֛ים הַגְּדֹלִ֖ים הָהֵֽם:
ג וְלֹֽא־נָתַן֩ יְהֹוָ֨ה לָכֶ֥ם לֵב֙ לָדַ֔עַת וְעֵינַ֥יִם לִרְא֖וֹת וְאָזְנַ֣יִם לִשְׁמֹ֑עַ עַ֖ד הַיּ֥וֹם הַזֶּֽה:
ד וָֽאוֹלֵ֥ךְ אֶתְכֶ֛ם אַרְבָּעִ֥ים שָׁנָ֖ה בַּמִּדְבָּ֑ר לֹֽא־בָל֤וּ שַׂלְמֹֽתֵיכֶם֙ מֵֽעֲלֵיכֶ֔ם וְנַֽעַלְךָ֥ לֹא־בָֽלְתָ֖ה מֵעַ֥ל רַגְלֶֽךָ:
ה לֶ֚חֶם לֹ֣א אֲכַלְתֶּ֔ם וְיַ֥יִן וְשֵׁכָ֖ר לֹ֣א שְׁתִיתֶ֑ם לְמַ֨עַן֙ תֵּֽדְע֔וּ כִּ֛י אֲנִ֥י יְהֹוָ֖ה אֱלֹֽהֵיכֶֽם:
ו וַתָּבֹ֖אוּ אֶל־הַמָּק֣וֹם הַזֶּ֑ה וַיֵּצֵ֣א סִיחֹ֣ן מֶֽלֶךְ־חֶ֠שְׁבּ֠וֹן וְע֨וֹג מֶֽלֶךְ־הַבָּשָׁ֧ן לִקְרָאתֵ֛נוּ לַמִּלְחָמָ֖ה וַנַּכֵּֽם:
ז וַנִּקַּח֙ אֶת־אַרְצָ֔ם וַנִּתְּנָ֣הּ לְנַֽחֲלָ֔ה לָרֽאוּבֵנִ֖י וְלַגָּדִ֑י וְלַֽחֲצִ֖י שֵׁ֥בֶט הַֽמְנַשִּֽׁי:
ח וּשְׁמַרְתֶּ֗ם אֶת־דִּבְרֵי֙ הַבְּרִ֣ית הַזֹּ֔את וַֽעֲשִׂיתֶ֖ם אֹתָ֑ם לְמַ֣עַן תַּשְׂכִּ֔ילוּ אֵ֖ת כָּל־אֲשֶׁ֥ר תַּֽעֲשֽׂוּן:
1- Levántate, resplandece, porque ha venido tu luz, y la gloria de Adonay te ha resplandecido.
2- Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad los reinos; y sobre ti brillará el Señor, y sobre ti aparecerá su gloria.
3- Y las naciones andarán a tu luz, y los reyes al resplandor de tu resplandor.
4- Alza tus ojos en derredor, y mira: todos ellos se han reunido, han venido a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas se criarán a su lado.
5- Entonces verás, y resplandecerás, y se alegrará y se ensanchará tu corazón, porque la abundancia del occidente será vuelta hacia ti, la riqueza de las naciones que vendrán a ti.
6- Multitud de camellos te cubrirá, camellos jóvenes de Madián y de Efa, todos ellos vendrán de Sabá; oro e incienso llevarán, y anunciarán alabanzas de Adonay.
7- Todas las ovejas de Cedar serán reunidas para ti, y los carneros de Nebaiot te servirán; serán ofrecidos con agrado sobre mi altar, y yo glorificaré la casa de mi gloria.
8- ¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes, y como palomas a sus nidos?
9- Porque en mí esperarán las costas, y las naves de Tarsis, como al principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, en el nombre de Adonay tu Dios, y en el Santo de Israel, que te ha glorificado.
10- Y extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi furor te herí, y en mi gracia tendré compasión de ti.
11- Y abrirán tus puertas de continuo; de día y de noche no se cerrarán, para traer a ti las riquezas de las naciones y de sus reyes en procesión.
12- Porque la nación y el reino que no te sirviere perecerán, y las naciones serán destruidas.
13- La gloria del Líbano vendrá a ti, bojs, cipreses y cipreses a una, para glorificar el lugar de mi santuario, y honraré el lugar de mis pies.
14- Y los hijos de tus opresores vendrán a ti encorvados, y los que te despreciaban se postrarán a las plantas de tus pies, y te llamarán: Ciudad de Dios, Sión del Santo de Israel.
15- En lugar de que estés abandonada y aborrecida sin que nadie pase, haré de ti un orgullo eterno, el gozo de todas las generaciones.
16- Y mamarás la leche de naciones, y el pecho de reyes mamarás, y sabrás que yo soy Adonay, tu Salvador, y tu Redentor, el Fuerte de Jacob.
17- En lugar del cobre traeré oro, y en lugar del hierro traeré plata, y en lugar de la madera, cobre, y en lugar de las piedras, hierro; y a tus oficiales daré paz, y a tus gobernantes justicia.
18- Nunca más se oirá en tu tierra violencia, ni robo ni quebrantamiento en tu territorio; y a tus muros llamarás salvación, y a tus puertas alabanza.
19- El sol no te servirá más de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará; sino que Adonay te será por luz eterna, y el Dios tuyo por tu gloria.
20- No se pondrá más tu sol, ni se recogerá tu luna; porque Dios te será por luz perpetua, y los días de tu luto se cumplirán.
21- Y tu pueblo, todos ellos justos, heredarán la tierra para siempre, renuevo de mi plantío, obra de mis manos, en la cual me gloriaré.
22- El más pequeño llegará a ser mil, y el menor, una nación poderosa. Yo Adonay, a su tiempo haré que esto suceda pronto.
אק֥וּמִי א֖וֹרִי כִּֽי־בָ֣א אוֹרֵ֑ךְ וּכְב֥וֹד יְהֹוָ֖ה עָלַ֥יִךְ זָרָֽח:
בכִּֽי־הִנֵּ֚ה הַחֹ֙שֶׁךְ֙ יְכַסֶּה־אֶ֔רֶץ וַֽעֲרָפֶ֖ל לְאֻמִּ֑ים וְעָלַ֙יִךְ֙ יִזְרַ֣ח יְהֹוָ֔ה וּכְבוֹד֖וֹ עָלַ֥יִךְ יֵֽרָאֶֽה:
גוְהָֽלְכ֥וּ גוֹיִ֖ם לְאוֹרֵ֑ךְ וּמְלָכִ֖ים לְנֹ֥גַהּ זַרְחֵֽךְ:
דשְׂאִי־סָבִ֚יב עֵינַ֙יִךְ֙ וּרְאִ֔י כֻּלָּ֖ם נִקְבְּצ֣וּ בָֽאוּ־לָ֑ךְ בָּנַ֙יִךְ֙ מֵרָח֣וֹק יָבֹ֔אוּ וּבְנֹתַ֖יִךְ עַל־צַ֥ד תֵּֽאָמַֽנָה:
האָ֚ז תִּרְאִי֙ וְנָהַ֔רְתְּ וּפָחַ֥ד וְרָחַ֖ב לְבָבֵ֑ךְ כִּֽי־יֵֽהָפֵ֚ךְ עָלַ֙יִךְ֙ הֲמ֣וֹן יָ֔ם חֵ֥יל גּוֹיִ֖ם יָבֹ֥אוּ לָֽךְ:
ושִֽׁפְעַ֨ת גְּמַלִּ֜ים תְּכַסֵּ֗ךְ בִּכְרֵ֚י מִדְיָן֙ וְעֵיפָ֔ה כֻּלָּ֖ם מִשְּׁבָ֣א יָבֹ֑אוּ זָהָ֚ב וּלְבוֹנָה֙ יִשָּׂ֔אוּ וּתְהִלּ֥וֹת יְהֹוָ֖ה יְבַשֵּֽׂרוּ:
זכָּל־צֹ֚אן קֵדָר֙ יִקָּ֣בְצוּ לָ֔ךְ אֵילֵ֥י נְבָי֖וֹת יְשָֽׁרֲת֑וּנֶךְ יַֽעֲל֚וּ עַל־רָצוֹן֙ מִזְבְּחִ֔י וּבֵ֥ית תִּפְאַרְתִּ֖י אֲפָאֵֽר:
חמִי־אֵ֖לֶּה כָּעָ֣ב תְּעוּפֶ֑ינָה וְכַיּוֹנִ֖ים אֶל־אֲרֻבֹּֽתֵיהֶֽם:
טכִּי־לִ֣י | אִיִּ֣ים יְקַוּ֗וּ וָֽאֳנִיּ֚וֹת תַּרְשִׁישׁ֙ בָּרִ֣אשֹׁנָ֔ה לְהָבִ֚יא בָנַ֙יִךְ֙ מֵֽרָח֔וֹק כַּסְפָּ֥ם וּזְהָבָ֖ם אִתָּ֑ם לְשֵׁם֙ יְהֹוָ֣ה אֱלֹהַ֔יִךְ וְלִקְד֥וֹשׁ יִשְׂרָאֵ֖ל כִּ֥י פֵֽאֲרָֽךְ:
יוּבָנ֚וּ בְנֵֽי־נֵכָר֙ חֹ֣מֹתַ֔יִךְ וּמַלְכֵיהֶ֖ם יְשָֽׁרְת֑וּנֶךְ כִּ֚י בְקִצְפִּי֙ הִכִּיתִ֔יךְ וּבִרְצוֹנִ֖י רִֽחַמְתִּֽיךְ:
יאוּפִתְּח֨וּ שְׁעָרַ֧יִךְ תָּמִ֛יד יוֹמָ֥ם וָלַ֖יְלָה לֹ֣א יִסָּגֵ֑רוּ לְהָבִ֚יא אֵלַ֙יִךְ֙ חֵ֣יל גּוֹיִ֔ם וּמַלְכֵיהֶ֖ם נְהוּגִֽים:
יבכִּֽי־הַגּ֧וֹי וְהַמַּמְלָכָ֛ה אֲשֶׁ֥ר לֹֽא־יַֽעַבְד֖וּךְ יֹאבֵ֑דוּ וְהַגּוֹיִ֖ם חָרֹ֥ב יֶֽחֱרָֽבוּ:
יגכְּב֚וֹד הַלְּבָנוֹן֙ אֵלַ֣יִךְ יָב֔וֹא בְּר֛וֹשׁ תִּדְהָ֥ר וּתְאַשּׁ֖וּר יַחְדָּ֑ו לְפָאֵר֙ מְק֣וֹם מִקְדָּשִׁ֔י וּמְק֥וֹם רַגְלַ֖י אֲכַבֵּֽד:
ידוְהָֽלְכ֨וּ אֵלַ֚יִךְ שְׁח֙וֹחַ֙ בְּנֵ֣י מְעַנַּ֔יִךְ וְהִֽשְׁתַּֽחֲו֛וּ עַל־כַּפּ֥וֹת רַגְלַ֖יִךְ כָּל־מְנַֽאֲצָ֑יִךְ וְקָ֚רְאוּ לָךְ֙ עִ֣יר יְהֹוָ֔ה צִיּ֖וֹן קְד֥וֹשׁ יִשְׂרָאֵֽל:
טותַּ֧חַת הֱיוֹתֵ֛ךְ עֲזוּבָ֥ה וּשְׂנוּאָ֖ה וְאֵ֣ין עוֹבֵ֑ר וְשַׂמְתִּיךְ֙ לִגְא֣וֹן עוֹלָ֔ם מְשׂ֖וֹשׂ דּ֥וֹר וָדֽוֹר:
טזוְיָֽנַקְתְּ֙ חֲלֵ֣ב גּוֹיִ֔ם וְשֹׁ֥ד מְלָכִ֖ים תִּינָ֑קִי וְיָדַ֗עַתְּ כִּ֣י אֲנִ֚י יְהֹוָה֙ מֽוֹשִׁיעֵ֔ךְ וְגֹֽאֲלֵ֖ךְ אֲבִ֥יר יַֽעֲקֹֽב:
יזתַּ֣חַת הַנְּחֹ֜שֶׁת אָבִ֣יא זָהָ֗ב וְתַ֚חַת הַבַּרְזֶל֙ אָ֣בִיא כֶ֔סֶף וְתַ֚חַת הָֽעֵצִים֙ נְחֹ֔שֶׁת וְתַ֥חַת הָֽאֲבָנִ֖ים בַּרְזֶ֑ל וְשַׂמְתִּ֚י פְקֻדָּתֵךְ֙ שָׁל֔וֹם וְנֹגְשַׂ֖יִךְ צְדָקָֽה:
יחלֹֽא־יִשָּׁמַ֨ע ע֚וֹד חָמָס֙ בְּאַרְצֵ֔ךְ שֹׁ֥ד וָשֶׁ֖בֶר בִּגְבוּלָ֑יִךְ וְקָרָ֚את יְשׁוּעָה֙ חֽוֹמֹתַ֔יִךְ וּשְׁעָרַ֖יִךְ תְּהִלָּֽה:
יטלֹֽא־יִֽהְיֶה־לָּ֨ךְ ע֚וֹד הַשֶּׁ֙מֶשׁ֙ לְא֣וֹר יוֹמָ֔ם וּלְנֹ֕גַהּ הַיָּרֵ֖חַ לֹֽא־יָאִ֣יר לָ֑ךְ וְהָיָה־לָ֚ךְ יְהֹוָה֙ לְא֣וֹר עוֹלָ֔ם וֵֽאלֹהַ֖יִךְ לְתִפְאַרְתֵּֽךְ:
כלֹֽא־יָב֥וֹא עוֹד֙ שִׁמְשֵׁ֔ךְ וִֽירֵחֵ֖ךְ לֹ֣א יֵֽאָסֵ֑ף כִּ֣י יְהֹוָ֗ה יִֽהְיֶה־לָּךְ֙ לְא֣וֹר עוֹלָ֔ם וְשָֽׁלְמ֖וּ יְמֵ֥י אֶבְלֵֽךְ:
כאוְעַמֵּךְ֙ כֻּלָּ֣ם צַדִּיקִ֔ים לְעוֹלָ֖ם יִ֣ירְשׁוּ אָ֑רֶץ נֵ֧צֶר מַטָּעַ֛י (כתיב מַטָּעַ֛ו) מַֽעֲשֵׂ֥ה יָדַ֖י לְהִתְפָּאֵֽר:
כבהַקָּטֹן֙ יִֽהְיֶ֣ה לָאֶ֔לֶף וְהַצָּעִ֖יר לְג֣וֹי עָצ֑וּם אֲנִ֥י יְהֹוָ֖ה בְּעִתָּ֥הּ אֲחִישֶֽׁנָּה: